En el amor hacemos remix, cover; solo versiones
In
love we make remixes, covers; only
versions
Washington Neuman Abregú Jaucha 1,a
Recibido: 07-09-2022
Aceptado:
12-12-2022
Publicado
en línea: 04-01-2023
Citar como:
Abregú Jaucha W. N. (2023). En el amor hacemos remix, cover; solo versiones. Desafíos, 14(1), 56-9. https://doi.org/10.37711/desafios.2023.14.1.386
RESUMEN
En el amor
hacemos versiones (remix y cover) del amor original y estas recreaciones las
hacemos en base al estilo de apego que consolidamos: tanto el seguro como el
inseguro (ansioso, evitativo y desorganizado). Y tenemos colaboradores, porque
en el amor se necesita cooperación, así como para crear los álbumes en la
producción musical se necesitan de músicos y cantantes que sean creativos y
complejos, porque si es sencilla no durará mucho en el mercado y lo mismo
pasaría en el amor, pues se necesita de creatividad y de complejidad; caso
contrario se entraría en el tedio y el aburrimiento. Para explicar el fenómeno
amoroso la explicación estaría en otra parte, es decir, para entender al amor
entendamos la industria musical, su estandarización, y así comprenderíamos que
nos estamos copiando todos en la forma de amar, y nos estamos copiando
mayoritariamente en la versión deformada del amor: el desamor, que es ahora la
versión estándar del amor
Palabras clave: amor; apego; desamor; remix;
cover; estándar.
ABSTRACT
In love we make versions
(remixes and covers) of the original love and these recreations are made based
on the style of attachment that we consolidate: both the secure and the
insecure (anxious, avoidant and disorganized). And we have collaborators,
because in love we need cooperation, just as to create albums in music production
we need musicians and singers who are creative and complex, because if it is
simple it will not last long in the market and the same would happen in love,
because it needs creativity and complexity; otherwise it would enter into
tedium and boredom. To explain the love phenomenon, the explanation would be
elsewhere, that is, to understand love, let's understand the music industry,
its standardization, and thus we would understand that we are all copying each
other in the way we love, and we are mostly copying in the deformed version of
love: lovelessness, which is now the standard version of love.
Keywords:
love;
attachment; heartbreak; remix; cover; standard.
Filiación y grado académico
1 Universidad
Peruana Los Andes, Huancayo, Perú.
a Doctor en
Ciencias de la Educación.
INTRODUCCIÓN
“El amor es una obra de arte en colaboración”
(Lakoff y Johnson, 2017, p. 182).
En el amor
hacemos versiones, recreaciones y mezclas personales; para recrear o
resignificar el apego original con nuestras cuidadoras (madres, tías, abuelas,
hermanas mayores o empleadas domésticas), y sin descartar otras experiencias
vitales. Así, en la experiencia amorosa a veces nos sale una buena canción
de amor; pero, ¿qué es una
buena canción de amor? Lo es cuando el amor es correspondido o por el contrario
lo es cuando hay desengaño amoroso. Aquí lo interesante es que hacemos estas
versiones del amor con un letrista, un(a) cantante o músico que sería nuestra
pareja y en algunos casos parejas simultaneas; y así habría dúos, tríos e
incluso hasta cuartetos de amor; o quizá hasta se haría playback en el amor
fingiendo, que considero es una versión más común de lo que pareciera, la de fingir amor. Sea como fuere en el amor hacemos
versiones en colaboración y allí radica su incertidumbre y su maravilla.
DESARROLLO
El
Dr. Michael Bonshor (como se citó en Gander, 2017) de la Universidad de
Sheffield, experto en psicología de la música, precisa que: “Hay dos razones
principales por las que la música puede volverse aburrida y caer en desgracia” (párr. 5); y que
podemos utilizar estas dos razones para explicar el tedio del amor en nuestros
tiempos: “La primera razón es la sobreexposición a la canción” (párr. 5). Ahora
bien, en el amor también la sobreexposición está concentrada, sobre todo cuando las parejas trabajan juntas a diario y sin espacio para que
crezca la llama del erotismo
y del amor; porque de tanto estar
cerca por muchísimo tiempo desaparece el
erotismo y (Paz, 2013) lo canta mejor: “El fuego
original y primordial,
la sexualidad, levanta la llama roja del
erotismo y ésta, a su vez, sostiene
y alza otra llama, azul y trémula:
la del amor. Erotismo
y amor: la llama doble de la vida” (p. 9).
Sin embargo, hay
que precisar una excepción; cuando uno está enamorado está premisa no encaja
porque el enamorado quiere verse a cada rato con el ser amado y tiene una
obsesión por ella; ya que hay un mandato evolutivo ineludible: perpetuar la
especie. También es bueno precisar que cuándo
las parejas están juntas
por mucho tiempo
escuchando el mismo álbum del amor desde el inicio, es decir, cuando no
hay novedad en la relación amorosa; terminan aburriéndose con lo familiar, con
lo conocido, lo previsible; y como las canciones, de tanto escucharlas nos
dejan de gustar y así ya no queremos repetición de lo mismo. De este modo,
podemos decir que la frase:
“En la repetición está el gusto”, tiene definitivamente las veces contadas
y el consejo sería
que para que un álbum
(en nuestro caso “la
experiencia amorosa”) no caiga en el aburrimiento y en la falta de interés
total; tomar la precaución que cuando todavía nos siga gustando el álbum (en nuestro
caso “las rutinas
de la pareja”) pasemos a
escuchar otro álbum ya sea del mismo artista o de otro; y en el amor las
parejas antes de seguir repitiendo demasiadas veces
las mismas rutinas
y de la misma
forma, cambiar no la esencia
del amor sino en
su forma haciendo nuevas versiones remix y
cover del amor, que sería lo
más recomendable, para que las formas
no caigan en el tedio
y la apatía.
Un ejemplo por
sugerir sería que cuando las parejas hagan el amor no lo hagan siempre en la
misma cama y en las mismas posiciones; pueden buscar alternativas es decir
nuevas versiones remix cover para
tocar el cielo; y lo mismo podríamos recomendar cuando se va de viaje,
a comer, cocinar, y otras actividades constantes y repetitivas; hacerlas en versiones diferentes y sobre
todo llenas de creatividad.
La segunda razón
citada por Michael Bonshor es: “Cuán compleja es una canción” (párr. 6). Pues bien,
haciendo una comparación con las relaciones de pareja, estas también deben de
ser complejas y creativas, si se quiere que
las relaciones duren;
porque si son simples como muchas canciones y relaciones de parejas,
así también nos olvidamos por completo
de ellas por su simpleza; por su falta
para creatividad para crear
diversos lazos complejos, hacen que uno pierda el interés; en cierta medida
el amor es como la moda;
que para que persista el paso del tiempo se debe
de estar innovando y no estacándose; y así uno desearía escuchar otros álbumes con
sus canciones respectivas; y quizá esta sea una de las razones por las que uno
empiece con nuevas historias de amor, materializándose en relaciones paralelas
o extramatrimoniales. Aquí lo interesante es que las canciones de amor son
buenas en la medida de sus músicos y
cantantes; y en el amor ese artista sería nuestra pareja. Por lo que cabe
preguntarnos si somos realmente esos buenos músicos
o cantantes; es decir
si somos los artistas del amor idóneos para nuestra colaboración en el amor.
Tal vez allí esté el conflicto, y por supuesto de lo que
estaríamos hablando sería
de la capacidad de amar de la persona,
que depende de la
calidad de la persona que
uno es (Denegri, 2018).
Por otro lado, en el amor no debemos
pedir peras al olmo; que
haciendo un símil sería la destreza del músico para que haya complejidad en la
creación musical, es decir, si uno se cultiva constantemente como persona
siendo más creativo y más complejo esto
mismo se traducirá en nuestra forma de amar;
pues la forma de amar es una manifestación de nuestra personalidad. Y lo más probable
es que en la pareja solo
una parte sí entrene hablando en términos
musicales y por tal mejore su arte de amar y la otra
parte muchas veces no o ambos sean unos músicos mediocres intentando amar. Allí
cabe la posibilidad de cambiarse a otra banda musical. Siempre cuestionamos al
otro y quizá nosotros seamos los que necesitamos entrenar en el arte de amar y
por eso debemos partir reconociendo nuestras taras en nuestra capacidad de amar y trabajar en ellas; porque de ellas depende el amor. Y no acabar diciendo: “yo soy
así y el que me quiera que me acepte
como soy y sea
digno de mi amor”, ¡qué
locura!
Por lo tanto,
para que dure el concierto amoroso debemos hacer con nuestra pareja versiones diferentes,
álbumes diferentes con tal que sobreviva el amor. Puede hacerse; pero
requiere de creatividad y compromiso o quizá para algunos la solución sea
cambiar de pareja para hacer
mejores versiones del amor; alternativa caprichosa y muy
recurrente. Sin embargo, si no se es complejo y creativo pasará lo mismo con
las siguientes relaciones es decir, el acabose. Y recordar que el amor no se
acaba, nos vamos acabando nosotros.
Ahora, cuando la
música se convierte en un estándar parece que todos los grupos de un género musical son en el fondo el mismo
grupo y ya no habría diferencias. Es como si fueran copias
de copias y todos fueran una
sola banda musical tocando las mismas canciones, las mismas versiones; según «La Féline» o
Agnès Gayraud, (como se citó en García, 2022);
pues así en el amor
también existiría el estándar
del amor como producto de la publicidad del mismo amor. De
este modo estaríamos copiándonos todos en la manera de amar, de tal manera que
seríamos todos, una única versión de amar y, por supuesto, muy influenciado por las letras
de las canciones. Sin
embargo pareciera, que una versión del amor, “el desamor”, que sería su
producto bandera, tuviese una producción peculiar; es decir, si valoramos la
fidelidad paradójicamente lo que abunda más son las canciones de infidelidad, o
si valoramos las canciones de honestidad lo que más abundan son las de falsedad. En definitiva, pareciera que se canta más a la versión
deformada del amor
(“el desamor”), el resultado
negativo; y cabe preguntarnos si todo será puro desamor,
tal como es representado por las
canciones populares de amor, diré de desamor;
¿o sería la excusa perfecta de no poder hacer mejores versiones de nuestros
amores, es decir, versiones complejas y creativas? Y así lo más cómodo seria
cantar al desamor, como estándar del amor.
Pues bien,
volviendo a esta versión única
del amor, a este estándar deformado del amor producto
de una distorsión o
deformación, recurrimos a la teoría de las deformaciones; así, algunas teorías
psicológicas deformaron al amor en favor de un tipo de apego, el apego
evitativo; y para esto nada más que recordar
ese mantra divulgado por la psicología popular,
que reza:
“Yo
soy Yo. Tú eres Tú.
Yo soy responsable de mi vida y tú de la tuya.
No estoy
en este mundo
para cumplir tus expectativas,
ni tú para cumplir las
mías.
Si nuestros caminos
se cruzan será
maravilloso, pero si no,
tendremos que seguir
avanzando por separado.
Porque no me quiero si por complacerte me traiciono, ni te amo si intento que seas como yo quiero,
en vez de aceptarte cómo eres. Tú eres
Tú y Yo soy Yo”.
Esta
oración de la Gestalt fue escrita por Perls, (como se citó en La mente es
maravillosa, 2021); resulta toda una
deformación del amor;
sin embargo, muchos la adoptaron
como un estándar del amor y vemos a personas con estilo de apego ansioso e
incluso a personas con estilo de apego seguro que pretenden amar en este estilo
de apego evitativo. Estos son los
peligros del amor
estándar en su versión
deformada; pues la versión deformada del amor, “el desamor”, sería el estándar de aquel.
Volviendo a las teorías
del apego, estas
formulan que existen cuatro tipos de apego, los cuales son divididos en
dos grupos: los de apego seguro que: “se sienten a gusto en situaciones de
intimidad y suelen ser cálidas
y cariñosas” (Levine
y Heller, 2011, p.13). Y los de apego inseguro, donde tenemos a los
de apego ansioso que: “anhelan la intimidad, tienden a obsesionarse con sus
relaciones y acostumbran a dudar de la capacidad de su pareja
para corresponder a su amor”
(Levine y Heller, 2011, p.14); y que injustamente por la psicología popular se las conoce
como los dependientes y que paradójicamente serían los que realmente amen a plenitud. También en este estilo inseguro tenemos a los de
apego evasivo que “en cambio,
equiparan la intimidad con una pérdida de independencia y se esfuerzan constantemente en evitar el acercamiento” (Levine y Heller,
2011, p.14); y por último, la
categoría menos común el apego desorganizado (la combinación de los tipos
ansioso y evasivo).
Por
ende, los individuos que encajan en cada uno
de estos cuatro
estilos difieren en: “sus ideas
de intimidad y de relación, en la forma de reaccionar ante el conflicto,
en la actitud hacia las relaciones sexuales, en la capacidad para expresar sus
deseos y necesidades; y en las expectativas que tienen de la pareja y de la
relación”; (Levine y Heller, 2011, p.14). E incidir que estos estilos de apego no
son psicopatológicos, refiriéndome a los de
apego
inseguro; sino que estos estilos de apego consolidados en la infancia, fueron
adaptaciones de los bebés ante sus cuidadores; y que finalmente la buena
nocticia es que: uno como adulto puede cambiar
de un estilo de apego
inseguro al seguro;
¡es posible!
Cabe notar aquí
que los resultados no deseados en el amor tienen más versiones, pues será que
la diversificación, las variaciones de intentos frustrados de no conseguir lo deseado, sean las que generarían
más versiones; es decir, cuando más se alejen de la versión original deseada
(el apego seguro) tal vez haya más versiones deformadas. Y al margen de la
publicidad del amor (el desamor), que desea que amemos en modo evitativo—y por
supuesto los evitativos—, que deben de ser uno de los dos grupos mayoritarios
de estilos de apego, junto al estilo ansioso; están amando en su versión
original y pretenden estandarizar a los demás estilos de apego a través de sus
compositores con las letras de sus canciones, las que con mayor probabilidad
serían inevitablemente del estilo de apego evitativo. Al final cantamos a nuestro
estilo de apego, ya que es la versión
del amor que más nos gusta. De ahí que podamos decir que el amor es un campo
de batalla en la música.
CONCLUSIONES
Finalmente habría cuatro versiones
del amor hasta el momento y que lucharían por prevalecer. De partida, hasta
donde sabemos a los tres años de vida ya consolidamos una versión original, un
estilo determinado de apego, ya sea este seguro o inseguro: el ansioso, el evitativo y el desorganizado; y como se puede ver en la
versión insegura hay más diversificación. De esta forma haríamos nuestras
versiones, nuestros covers y remix en el amor. Entonces aquí, en el origen
hay, una cuestión estadística para amar; es decir, en nuestra sociedad siempre se cantarán canciones
de amor, de acuerdo
al estilo de apego predominante por mayoría. De este
modo que ahora el estilo
evitativo y todo ese estribillo de ser independiente y no
dependiente en el amor, estaría en predominio; desconociendo la teoría de apego adulto y que la interdependencia
en pareja es más una cuestión biológica que una caprichosa decisión personal.
La explicación está en otra parte. Para entender al amor entendamos la industria musical.
En el amor hacemos remix, cover. Solo
versiones. La explicación está en otra parte.
REFERENCIAS
Denegri, M. A. (2018).
MAD: Sexo, amor y otros placeres
de la lengua. Debate.
Gander, K. (2017, mayo
7). The science
behind ‘killing’ a song
when you listen to it too much.
Independent. https://onx.la/81cc4
García, M. (2022, agosto
23). Centro para las humanidades Universidad Diego Portales. Taller pensadores de la
música. La componen, interpretan y la analizan.
https://cutt.ly/q9NOAaa
Lakoff, G. y Johnson,
M. (2017). Metáforas
de la Vida Cotidiana. Cátedra.
Levine, A. y Heller,
R. (2011). Maneras de amar (La
nueva ciencia del apego adulto).
Urano.
Paz, O. (2013).
La Llama Doble: Amor y Erotismo. Galaxia Gutenberg.
Perls, F. (2021, diciembre 23). Las 35 mejores frases de Fritz Perls. La mente es maravillosa. Obtenido de https://lamenteesmaravillosa.com/las-35-mejores-frases-de-fritz-perls/