Personalidad en reclusos sentenciados por delitos
de violación sexual contra
niños, niñas y adolescentes (NNA)
Personality in sentenced for crimes
of sexual assault
against children and adolescents
https://orcid.org/0000-0002-9154-9554
Marlon Florentini Castañeda 1,b
https://orcid.org/0000-0001-6463-9653
Recibido: 05-04-2022
Aceptado: 08-05-2022
Publicado en línea:
04-07-2022
Citar
como
Tuya Espinoza, G. I. y Florentini Castañeda, M. W. (2022). Personalidad en reclusos sentenciados
pordelitos de violación sexual contra niños, niñas y adolescentes (NNA). Desafíos, 13(2), 102-9. https://doi.org/10.37711/desafios.2022.13.2.377
RESUMEN
Objetivo. Identificar y analizar las características clínicas de personalidad en sentenciados por delitos de violación sexual
contra niños, niñas y
adolescentes (NNA). Métodos. Se realizó un estudio no experimental, descriptivo y
transversal con
157 sentenciados varones en
el establecimiento penitenciario Miguel Castro Castro, Lima, Perú. Se
aplicó una ficha sociodemográfica y
el Inventario Clínico Multiaxial de
Millon II
(MCMI-II) para determinar los diagnósticos clínicos de
personalidad. Resultados. En la fecha de estudio, los sentenciados mantenían años de sentencia desde 12 años hasta
cadena perpetua (N
= 24,8; DE = 9,58), con edades entre 19
y 66 años (M
= 38,6; DE = 10,69) y
en su mayoría con
grado de instrucción secundaria completa (43,3 %). Los diagnósticos clínicos de
personalidad en
niveles moderados
y elevados de los sentenciados por
delito de
violación sexual contra NNA
son compulsivo, dependiente, narcisista,
histriónico, paranoide, dependencia de drogas y
desborde delusional. Conclusión. La mayoría presentó de dos a
más escalas clínicas de
personalidad rígidas, poco adaptativas e
inflexibles, dichos hallazgos pueden ser de
utilidad en
los programas terapéuticos y
de tratamiento de agresores sexuales contra menores de edad.
ABSTRACT
Objective. To identify and analyze the clinical characteristics of personality in persons sentenced for crimes of sexual
assault against children and adolescents. Methods. A non-experimental, descriptive, cross-sectional study was conducted with 157 male inmates in the Miguel Castro Castro penitentiary, Lima, Peru. A sociodemographic form
and the
Millon Multiaxial Clinical Inventory II
(MCMI-II) were used to
determine clinical personality diagnoses. Results.
At the
time of
the study, the sentenced persons had sentences ranging from 12
years to
life imprisonment (N
= 24.8; SD = 9.58), were aged between 19 and 66 years (M =
38.6; SD =
10.69) and most of them had completed high school
(43.3%). The clinical personality diagnoses in moderate and high levels of those sentenced for the crime of rape against
children were compulsive, dependent, narcissistic, histrionic, paranoid, drug dependence and delusional overflow. Conclusion. The majority presented two or
more rigid, maladaptive and inflexible clinical personality scales, such findings may
be useful in therapeutic and treatment programs for child sex offenders.
Filiación
y grado académico
1 Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú.
a Licenciada en Psicología.
b Magister en
Psicología.
INTRODUCCIÓN
La violencia sexual es un problema
grave de salud Pública tanto por su magnitud como por los efectos nocivos y duraderos para las
víctimas (Blasko, 2016). Dentro de ella, el abuso sexual
contra niños, niñas y
adolescentes (NNA) trastorna gravemente la vida de las víctimas
(Girón, 2015). En el Perú,
este riesgo psicosocial es uno de los problemas más preocupantes y es el delito que se ha incrementado
significativamente en los últimos años.
El Ministerio de
la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP, 2018)
reportó un total de 4470 casos de violación sexual en el 2018, en donde el 83,4 % corresponde a menores de edad con
una prevalencia de 51 % en menores de 0 a 5 años. El mayor porcentaje de
agresores fueron personas conocidas por la víctima (83,3
%) y un menor número de agresores desconocidos (16,7
%). En el 2019, en solo
nueve meses se atendió un total de 8 608 casos
de violencia sexual contra NNA, de los cuales 3370 fueron violaciones sexuales en agravio (MIMP, 2019). Asimismo, en el 2020, durante solo
seis meses de pandemia transcurrida fueron atendidos un total de 640 casos de
violación sexual contra NNA (MIMP, 2020).
Por otro lado,
la población penitenciaria peruana privada de libertad hasta octubre del 2019,
que cumplen condena en diversos establecimientos penitenciarios del país por abuso sexual
contra NNA, fue un total de 9549 (Instituto Nacional Penitenciario,
2019). Cabe resaltar que, de acuerdo con Redondo
(2018), el verdadero porcentaje de abuso sexual contra NNA, como mínimo, se
triplicaría al incluir la elevada cifra no oficial, denominada “cifra negra”.
Los delincuentes
sexuales según las caracterizaciones sociodemográficas están más cerca de la
población general que de la población antisocial persistente o delincuente (Lira et al.,
2017). Presentan una clasificación múltiple y dependerá del autor que se revise; sin
embargo, con características específicas se logra
diferenciar entre agresores sexuales contra víctimas adultas y contra NNA (Redondo, 2018).
En agresores con víctimas adultas, el tipo de
personalidad antisocial y límite serían predictores significativos de violencia y en delitos sexuales (Cardona et al.,
2020; Cedelón-Rivero et al., 2014). Arbanas et al. (2020)
muestran que los delincuentes
sexuales fueron diagnosticados con trastorno de personalidad antisocial, trastornos relacionados con el
alcohol y demencia. Bonifacio (2019) encontró
que los patrones clínicos presentes fueron compulsivo, dependiente,
esquizoide, evitativo y la patología
esquizotípica; concluyendo por lo tanto que no existen características de
personalidad definidas y específicas. Álvarez
et al. (2015) evidenciaron que los
trastornos predisponentes en delincuentes sexuales fueron esquizoides, evitación y narcisista. Sindeev
y Guzmán (2018) evidenciaron inexistencia de patología de
personalidad, de antecedentes psiquiátricos (89,5
%) y de consumo de drogas (84,2
%), mientras que trece internos presentaron diagnóstico psiquiátrico y un interno
trastorno de preferencia sexual.
En los agresores
sexuales contra NNA los diagnósticos importantes serían el trastorno de
personalidad narcisista, antisocial y con especial énfasis en el clúster B, el
síndrome de abuso de alcohol y drogas,
la demencia y la pedofilia (Arbanas et al., 2020; Ether et al., 2019). En comparación con otros tipos de delincuentes, estos presentan mayor
neuroticismo y menor
sinceridad en sus testimonios
(Carvalho y Nobre, 2019). Otros estudios concluyen que el rasgo de personalidad prevalente
es el antisocial y presentan características de blanco
para los programas de prevención de reincidencias (Lira et al.,
2017; Yesuron, 2015).
En este sentido, al revisar estas
diferencias, el manejo de estos dos grupos de delincuentes sexuales en los
sistemas de salud mental y en los centros penitenciarios debería ser diferente (Arbanas et al., 2020).
Es importante
señalar que la personalidad para Millon (2002) es un patrón
de variables que
abarca la constelación completa
de la persona: componentes
biológicos, conductuales, ambientales, e interacción como medio de aprendizaje (Heim y Westen,
2005). En este sentido,
la personalidad es dinámica por su
variabilidad y flexibilidad. Por lo contrario, los rasgos
psicopatológicos dan lugar a síntomas severos
que pueden desarrollar trastornos de personalidad que por sí solos no
conllevan una patología, pero su combinación puede desembocar en una (Ortiz y
Scheller, 2011). Los trastornos representan estilos particulares de funcionamiento desadaptativo debido a deficiencias, desequilibrios o conflictos en la
capacidad para relacionarse con su entorno (Millon, 2002).
En ese marco,
los diagnósticos clínicos de personalidad serían un factor de riesgo junto con
la presencia de alguno de otros factores para la comisión del delito. Estos
serían: el factor familiar, que engloba el historial de abuso físico y sexual,
el apego disfuncional, el inadecuado funcionamiento familiar, entre otros
(Herrero, 2018); el factor relación, es decir, la aceptación y apoyo a tener
sexo con menores; el factor individual, que incluye la inestabilidad emocional
o los trastornos de personalidad (Herrero, 2018; Noguerol, 2010); el factor sexual,
que abarca los
estilos de afrontamiento sexual de las emociones, el interés sexual
desviado, la preocupación sexual, las fantasías desviadas, el uso de pornografía, y las cogniciones que apoyan el sexo
con menores; factor que presenta una asociación con experiencias de sufrir abuso
sexual temprano (Levenson y Grady, 2016). Asimismo, existe una relación
significativa entre el riesgo de conducta de un menor abusado sexualmente y la
infracción de leyes con comportamiento violento y rasgos antisociales (Abrunhosa y Viera, 2019).
La etiología del
delito es resumida por distintos autores en dos modelos. El modelo de
condiciones previas de Finkelhor sugiere la existencia de cuatro condiciones previas: a) la
motivación para abusar sexualmente, b) la capacidad para superar los inhibidores
internos de los delincuentes, c) superar obstáculos externos y d) superar la
resistencia del menor (Craven et al., 2006). El modelo de vías de Ward y
Siegert plantea la disfunción en uno o más mecanismos psicológicos como la
regulación emocional, el déficit de intimidad, las distorsiones cognitivas y la excitación sexual
desviada. Este modelo enfatiza además la
importancia de la oportunidad o
creación de esta para agredir sexualmente (Ward y Siegert, 2002).
Según la categoría
delictiva de violación de la libertad sexual, esta
aglutina una población bastante heterogénea de agresores, tanto en relación con
delitos específicos, características personales, sociales, psicopatológicas,
estilos de vida, tasas de reincidencia, como la respuesta al tratamiento
(Sánchez, 2003). A pesar de que la conciencia pública con respecto al abuso sexual
contra NNA está aumentando, las investigaciones
sobre este tema todavía son escasas (Gewirtz-Meydan y Finkelhor, 2020). Por esta
razón, el presente estudio tiene por
objetivo identificar y analizar los
diagnósticos clínicos de
personalidad en sentenciados por delitos de violación sexual contra NNA, con el propósito de que
los hallazgos resultantes coadyuven en la evaluación y diseño de programas de tratamiento e intervención
focalizadas en dicha
población.
MÉTODOS
Diseño y participantes
La presente investigación se trató
de un estudio descriptivo de corte transversal. La población estuvo conformada por
264 varones sentenciados por violación sexual contra NNA. La muestra se
constituyó mediante un muestreo aleatorio simple y estuvo conformada por 157
sentenciados, con un solo ingreso a un penal, recluidos en el Establecimiento
Penitenciario Miguel Castro Castro
de Lima quienes participaron de manera voluntaria con previo consentimiento
informado. Se excluyó a aquellos con consumos
problemáticos de sustancias psicoactivas, previos
y durante la administración del instrumento; con datos demográficos incompletos o con respuestas imprecisas; y al obtener un puntaje 2 en
la escala de validez del
MCMI II.
Instrumento
1) Ficha sociodemográfica
Se consideraron datos sobre la
edad, estado civil, grado de instrucción, lugar de procedencia y años de sentencia.
2) Inventario clínico
multiaxial de Millon II
Cuenta con cuatro grupos de escalas
para medir la psicopatología: a) patrones clínicos de la personalidad, b) patología grave
de la personalidad,
c) síndromes clínicos de la
personalidad y, d) síndromes clínicos graves
de personalidad (Cardenal et al., 2007). Se decidió
utilizar el MCMI II dada la adaptación realizada en Perú por Solís (2007),
obteniendo un resultado de fiabilidad de .80, la cual
es considerada una consistencia interna adecuada del instrumento, así como por
su previa utilización en población carcelaria por Bonifacio (2019), con
evidencias de confiabilidad y consistencia interna adecuadas en la mayoría
de sus escalas.
Procedimiento y aspectos éticos
El recojo
de datos se realizó dentro
del establecimiento penitenciario en noviembre del 2019 mediante
entrevistas directas con cada sujeto de la muestra, con previa autorización del
Instituto Nacional Penitenciario y con
el cumplimiento de los protocolos de seguridad del Establecimiento Penitenciario. Los
lineamientos éticos fueron
aprobados por la comisión
de ética de investigación de la Facultad de Psicología de
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Previo a la administración de los instrumentos se les entregó el
consentimiento informado a cada uno de los participantes, quienes no presentan
ningún vínculo con los investigadores, en donde se explicó
y enfatizó el objetivo del estudio, la voluntariedad de participación o su
carácter anónimo, voluntario y confidencial; asimismo, que no obtendrían ningún beneficio por su participación.
Análisis de datos
El procesamiento de datos se
realizó mediante el programa estadístico SPSS v26. Primero,
se analizó las propiedades psicométricas
del instrumento de personalidad y, a continuación, los estadísticos
descriptivos.
RESULTADOS
Los resultados en cuanto a las
características sociodemográficas indicaron que las edades de los participantes
eran entre los 19 y 66 años (M = 38,6; DE = 10,69); de ellos eran solteros el
52,9 % y casados o convivientes el 45,9%; en su mayoría son procedentes de Lima (64,3 %) y los restantes
de provincia (35,7 %); cuentan con grado de instrucción
secundaria completa (43,3 %), secundaria
incompleta (28,6 %), primaria (9,5 %) al igual que superior completa
(9,5 %) y el restante superior incompleta (9,1 %). El tiempo de años de
sentencia van desde 12 años de pena privativa de libertad hasta cadena
perpetua, años asignados por el código
civil según la edad
de la víctima menor (N = 24,8;
DE = 9,58).
Con la
aplicación del inventario clínico multiaxial de Millon II se obtuvo un coeficiente de confiabilidad
alfa de Cronbach de .945 para el inventario total.
Para los grupos de escalas del instrumento se obtuvo:
.844 para el grupo de escalas de
“patrones clínicos de personalidad”, .796 para “patologías clínicas de
personalidad”, 0.86 para el grupo “síndromes clínicos graves de personalidad”.
Según lo planteado por el instrumento (MCMI-II), los puntajes mayores a 74
serían indicador de la presencia de rasgos del constructo medido, en tanto que
el puntaje final de 85 a más probablemente indique una patología predominante
del constructo en la personalidad del sujeto. En la tabla 1 se observan los
valores obtenidos en las escalas de sinceridad, deseabilidad social y auto
descalifcación.
En la tabla 2 se detallan los
puntajes fnales promedio según la escala de personalidad: en patrones clínicos,
se obtuvieron puntajes fnales
promedio menores a 75, con excepción de la escala clínica compulsiva que
presentó una media de 81,4 (DE = 15,520); en patologías clínicas, la escala
paranoide presentó una de media de 70,7 (DE = 17,447); en síndromes clínicos y
síndromes clínicos graves, los puntajes finales promedios obtenidos fueron
menores a 75. Sin embargo, se observa dispersión llegando hasta 28.102 puntos
de desviación estándar máximo y 10.07 puntos como mínimo.
En
la tabla 3 se muestran los puntajes tomando
en cuenta los casos individuales. En esta se encontró que el 77,1 % de la muestra presentaba entre uno
y más patrones clínicos de personalidad en nivel moderado y el 75,2 % obtuvo
entre uno a más patrones de nivel
elevado. El 19,7 % mostró entre
uno a más escalas
de este grupo
en nivel moderado
y el 16,6 % en el nivel elevado
en patologías clínicas. El 17,8 % de la muestra manifestó síndromes clínicos de personalidad en nivel moderado y el
8,3 % en nivel elevado. Finalmente, el 9,6 % en nivel moderado y el 10,8% en nivel elevado
reflejó escalas del síndrome
clínico grave de personalidad.
En la tabla 4 se observa
la frecuencia y porcentajes de los puntajes
a nivel moderado
en cada una de las escalas
del instrumento. Los patrones
clínicos de personalidad con mayor prevalencia fueron histriónico (26,1 %), dependiente (25,5 %), narcisista (23,6 %) y compulsivo (23,6 %), mientras que, con puntaje
elevado se obtuvo a los patrones compulsivo (52,2 %) y dependiente
(33,8 %). La patología paranoide presentó una
mayor prevalencia con puntaje moderado (12,7 %) y elevado (12,7 %). Los síndromes clínicos que
obtuvieron mayor porcentaje en puntajes moderados fueron somatomorfo (7,6 %) y distimia (5,1 %); en tanto
que, con puntaje elevado fueron la dependencia de drogas (4,5 %) y ansiedad
(3,8 %). El síndrome clínico grave predominante fue desborde delusional en puntaje moderado (7 %) y elevado (10,2 %).
DISCUSIÓN
Las características de personalidad en sentenciados por agresión sexual
a menores vienen
siendo estudiadas desde hace
tres décadas aproximadamente y no se encuentra un patrón de características de
personalidad o perfil definido en el agresor sexual (Bonifacio, 2019).
Al observar el nivel de escolaridad
de la muestra, se encuentra que la mayoría de los sentenciados presentan
instrucción secundaria completa. Hallazgo contrario al logro de las habilidades
señaladas por Fortune et al. (2015), quienes indican
que los delincuentes sexuales poseen competencias que les permiten
o facilitan el dominio,
la selección y manipulación de víctimas. Ya que
requieren de características que facilitan lo señalado por
Christensen (2017), para una planificación estructurada, asegurándose así de
seleccionar una víctima cooperativa y el entorno
adecuado.
Si bien los delincuentes sexuales contra NNA pueden ser reconocidos como una población heterogénea, de acuerdo
con los resultados obtenidos en la muestra
se puede afirmar que la mayoría presenta de dos a más escalas de patrones clínicos
de personalidad a nivel moderado y elevado, siendo el compulsivo, dependiente,
histriónico, narcisista y antisocial los más recurrentes. Datos similares
hallados en otros estudios, que indican que los trastornos de personalidad
predisponentes en delincuentes sexuales de infantes son narcisista, antisocial
y énfasis en el clúster B (Arbanas et al., 2020;
Bonifacio, 2019; Ether et al., 2019). Los cuales estarían suscitando a síntomas severos,
y combinados están desencadenado en una patología
(Ortiz y Scheller, 2011).
Es importante
señalar además que el patrón compulsivo es compatible con la conducta
observable disciplinada en esta población, de conformidad pública ante
sus contemporáneos y figuras de autoridad; empero, ocultan sus incompetencias,
sentimientos de ira
y desadaptación social.
El patrón clínico
dependiente los caracterizaría como una población expresivamente incompetente,
carente de afecto y con un rol más pasivo en sus relaciones interpersonales, fácilmente
sometidos por los demás; estilo que se observa
en la relación de estos delincuentes con otros adultos. En
tanto que el patrón histriónico orientaría a estos individuos hacia interacciones de manipulación con búsqueda de afecto,
incluso de manera indiscriminada; en este caso
relacionado más con
menores y en su búsqueda de aceptación de otros
contemporáneos (Millon, 2002).
En este
sentido, la elevación en las escalas compulsiva, histriónica y narcisista reflejarán patologías de personalidad caracterizadas por
la habilidad para minimizar
problemas, negar dificultades y presentarse
de forma favorable (Millon et al., 2007);
características compatibles con las racionalizaciones y justificaciones
predominantes en los abusadores sexuales contra NNA. Ello implica que muchos de
estos individuos se encuentran en el terreno de las patologías de personalidad
y escasos mecanismos de afrontamiento que los convierte en personas
susceptibles a dificultades y alteraciones en sus relaciones interpersonales y
con el ambiente, llevándolos a fracasos y conflictividad intra e interpersonal recurrente (Millon,
2002; Ortiz y Scheller,
2011). Además, presenta
concordancia con algunos estudios sobre agresores sexuales
contra adultos (Cardona et al., 2020;
Cedelón-Rivero et al., 2014).
Al mismo
tiempo, se evidencian puntajes elevados en
la escala de síndrome de abuso de drogas, a diferencia del estudio de Sindeev y
Guzmán (2018) donde los agresores
contra adultos no mostraron consumo de sustancias; no obstante, esta muestra
investigada ha cometido el delito con previo o bajo consumo de sustancias psicoactivas. Por el contrario, presenta relación de similitud
con otros estudios de agresores
sexuales contra NNA, en donde uno de los principales síndromes fue el abuso de
alcohol y drogas, y los diagnósticos importantes serían el narcisista,
antisocial y con especial énfasis en el clúster B, además de la demencia y el
trastorno de pedofilia (Arbanas et al., 2020; Ether et al., 2019). Resultados similares a lo que la literatura señala, que los
delincuentes sexuales de menores tienen más probabilidades de ser diagnosticados con trastornos de personalidad del grupo C (evitativo, dependiente y obsesivo-compulsivo) y
pedofilia (Hörburger y Habermeyer, 2020).
El estudio
de la personalidad a través
de la teoría de Millon diferencia en abusadores sexuales
de menores, mediante
patrones o estilos de personalidad desadaptativos que pueden descompensarse
ante situaciones de estrés, frustraciones u otras situaciones conflictivas (Cardenal
et al., 2007). Los hallazgos de personalidad encontrados en este estudio
reflejaron dificultades o conflictos a nivel intrapsíquico, interpersonal y con déficit estructurales, resultados concordantes con Garofalo et al. (2018),
al señalar que dicha población
presenta deficiencias significativas en habilidades de autocontrol, integración de identidad, responsabilidad y capacidades relacionales.
Por otro
lado, según autores
los estudios sugieren que los trastornos de
personalidad surgen como defensa ante situaciones vivenciadas en la infancia;
además, existe una relación significativa entre el riesgo de conducta de un menor
abusado sexualmente y la infracción de leyes con comportamiento violento y rasgos
antisociales (Abrunhosa y Viera, 2019). Ello da como indicador a un factor
individual (Herrero, 2018; Noguerol, 2010) y probablemente otros factores de
riesgo a la comisión del delito pudieron estar presentes, tales como: violencia
previa, comportamiento sexual
por una sexualización temprana, la aceptación de
pares mediante uso de redes pornográficas, entre otras (Herrero, 2018; Levenson y Grady, 2016).
Por lo tanto,
es importante el abordaje individual de los
trastornos de personalidad en esta población
delictiva, ya que acorde con autores, las psicopatologías y algunos trastornos de personalidad son un predictor importante para el riesgo de reincidencia (Folino
et al., 2014).
Este estudio
concluye que en la población de sentenciados por delitos de abuso sexual contra
NNA presentan patrones clínicos de personalidad dependiente, compulsiva,
histriónica antisocial y narcisista; patología paranoide y síndromes clínico
de desborde delusional. En su mayoría
presentaron más de tres
patrones clínicos, que
estarían conllevando a trastornos de personalidad severa.
Evidentemente, tal y como mencionan otros
autores, no se evidencia
un patrón o síndrome clínico predominante que delimite el perfil del agresor sexual
contra menores. A pesar de ello, se pueden utilizar estos indicadores
para crear programas de intervención especializada acorde a la especificidad del delito, según
factores de riesgo predictores y dinámicos; en este caso, según
su personalidad.
Finalmente, se recomienda
realizar políticas de ejecución penal por la alta presencia de problemas en el
consumo de sustancias ilícitas dentro del establecimiento penitenciario, y maximizar la ejecución
de los tratamientos penitenciarios existentes, sobre todo, con la presencia de profesionales especializados y con
un enfoque interdisciplinario. Puesto
que, si no se
aborda desde este factor, las psicopatologías en los sentenciados se intensificarán y
agravarán su sintomatología, conducirá a la reincidencia a los que están prontos en salir en libertad, y
entorpecerá el desarrollo de los
programas de tratamiento.
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Contribución de los autores
GITE: introducción, análisis de resultados, discusión y revisión final del artículo.
MFC: metodología y análisis de resultados.
Fuentes de financiamiento
La investigación fue realizada con recursos propios.
Este estudio no recibió apoyo económico. El artículo es parte de la tesis para optar al Grado de Magíster en Psicología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Conflictos de interés
Los autores declaran no tener conflictos de interés.
Correspondencia
Gabriela Isabel Tuya Espinoza
Dirección postal: 15063, Lima, Perú - C.P. 51 Cel.: +51948154836
Email: gabriela.tuyae@gmail.com