Estimación
del perfil lipídico en adultos del Hospital Tiquipaya,
Bolivia, 2023
Lipid profile
estimation among adults at Hospital Tiquipaya,
Bolivia, 2023
Bethy
Villarroel Villarroel 1,a
ORCID:
https://orcid.org/0009-0000-6211-6146
Citar como: Villarroel-Villarroel B. Estimación del perfil
lipídico en adultos del Hospital Tiquipaya, Bolivia,
2023. Rev Perú Cienc Salud.
2025;7(3): 218-225. doi: https://doi.org/10.37711/rpcs.2025.7.3.11
RESUMEN
Objetivo. Estimar el perfil lipídico según sexo, grupo etario y
estado nutricional en pacientes adultos que acudieron al Hospital Tiquipaya (Bolivia), durante el primer trimestre de la
gestión 2023. Métodos. Se realizó un
estudio cuantitativo de diseño observacional, retrospectivo, transversal y
descriptivo. La población estuvo conformada por 562 pacientes, mientras que la
muestra fue de 531 pacientes seleccionados mediante muestreo probabilístico
aleatorio. Se recopilaron datos en fichas de contenido de historias clínicas
con análisis bioquímicos de colesterol total, triglicéridos, HDL y LDL,
analizados mediante la estadística descriptiva. Resultados. El 68 % de los pacientes presentaron bajos niveles de
HDL, siendo más frecuente en pacientes con obesidad (67 %). El LDL elevado
predominó en adultos mayores (40 %) y en personas con obesidad (43 %). El
colesterol y los triglicéridos altos se asociaron principalmente con sobrepeso
y obesidad. El índice aterogénico promedio fue mayor
en hombres (5,51) y en adultos de mediana edad (5,51), lo que indica un mayor
riesgo cardiovascular en varones y en la población de 40 a 59 años. Conclusiones. Se evidencian
alteraciones lipídicas, lo que demuestra una alta proporción de dislipidemias por trimestre en pacientes adultos atendidos
en el Hospital Tiquipaya durante el primer trimestre
de 2023, con variaciones significativas según sexo, edad y estado nutricional.
Palabras
clave: hipercolesterolemia; hiperlipoproteinemia
tipo iv; estado nutricional; grupos de edad; dislipidemias
(fuente: DeCS-BIREME).
ABSTRACT
Objective: To estimate lipid profiles according to sex, age
group, and nutritional status among adult patients attending Hospital Tiquipaya (Bolivia) during the first quarter of 2023. Methods: A quantitative, observational,
retrospective, cross-sectional study was conducted. The population comprised
562 patients, with a sample of 531 selected through probabilistic random sampling.
Data were collected from clinical record forms with biochemical analyses of
total cholesterol, triglycerides, HDL, and LDL, and analyzed using descriptive
statistics. Results: Low HDL levels
were found in 68% of patients, which was more frequent in obese patients (67%).
Elevated LDL predominated in older adults (40%) and in obese individuals (43%).
High cholesterol and triglyceride levels were mainly associated with overweight
and obesity. The mean atherogenic index was higher in
men (5.51) and in middle-aged adults (5.51), indicating greater cardiovascular
risk in males and in the 40–59 age group. Conclusions:
Lipid alterations were identified, revealing a high prevalence of dyslipidemias
among adult patients at Hospital Tiquipaya during the
first quarter of 2023, with significant variations by sex, age, and nutritional
status.
Keywords: hypercholesterolemia; hyperlipoproteinemia
type IV; nutritional status; age groups; dyslipidemias (source: MeSH-NLM).
INTRODUCCIÓN
El presente estudio aborda una problemática de gran
relevancia para la salud pública, la estimación de valores del perfil lipídico
en adultos para la detección temprana de enfermedades cardiovasculares (ECV).
Según datos y cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (1)
del año 2021, cada año mueren en el mundo 17,9 millones de personas por
insuficiencia cardiaca, la enfermedad vascular periférica, la cardiopatía
coronaria y la enfermedad cerebrovascular. Las enfermedades crónicas no
transmisibles causan el 81 % de todas las muertes en América y el 39 % de ellas
se generan en personas de 30 a 70 años (2). Las enfermedades
cardiovasculares son la segunda causa de mortalidad en Bolivia. Según
estimaciones de la OMS (3), en la gestión 2021 las cardiopatías
representaron el 24 % de todas las muertes registradas en Bolivia, mientras que
otras enfermedades crónicas no transmisibles representaron el 18 %.
El sedentarismo, la falta de ejercicio físico, el
sobrepeso, la hipertrigliceridemia y la hipercolesterolemia son factores de riesgo de las
enfermedades cardiovasculares (4). Con base en lo anterior, existen
diversas estrategias efectivas para prevenir y tratar padecimientos
cardiovasculares, como alimentarse equilibradamente y realizar actividad física
moderada, las cuales producen una disminución del riesgo de aparición de
enfermedades cardiovasculares (5).
El perfil lipídico se compone de diversos indicadores
bioquímicos: el colesterol total, las lipoproteínas de baja densidad (LDL), las
lipoproteínas de alta densidad (HDL) y los triglicéridos, que ofrecen una
visión integral del metabolismo de las grasas. (6). Estos parámetros
no solo ayudan a identificar casos de dislipidemia,
sino que también permiten calcular el índice aterogénico;
una herramienta valiosa para estimar el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Cuando esta información se interpreta adecuadamente, puede orientar a los
profesionales de la salud en la toma de decisiones clínicas más precisas,
contribuyendo al desarrollo de planes de intervención eficaces que prioricen
tanto la prevención como el tratamiento (7).
Por tal motivo, es de suma importancia el control de
los niveles elevados de colesterol LDL, triglicéridos y bajos niveles de
colesterol HDL, pues estos indicadores bioquímicos son fundamentales para
prevenir muertes por enfermedades cardiovasculares. Para lo cual, se deben
realizar exámenes del perfil lipídico por lo menos una vez al año (8).
En
ese marco, la evaluación del perfil lipídico es una práctica clínica
fundamental, que permite identificar desequilibrios en los niveles de
colesterol y triglicéridos, facilitando así intervenciones oportunas que pueden
reducir significativamente la probabilidad de eventos cardiovasculares (9).
Más allá del diagnóstico
individual, resulta importante examinar cómo varían estos perfiles según el
sexo, la edad y el estado nutricional, ya que dichas variables pueden influir
en el riesgo aterogénico.
En línea con esta problemática, en México, en el 2021,
Franyutti et al. (10) reportaron que los
hombres (41 %) tenían mayor riesgo aterosclerótico que las mujeres (27 %). A su
vez, estos tenían niveles inferiores a 40 mg/dL de
HDL. Además, se encontró que los hombres presentan mayor riesgo ateroesclerótico
y, con el aumento de la edad, aparecen más antecedentes de riesgo
ateroesclerótico en la población. En Perú, en el 2020, Palacios (11)
identificó las alteraciones en el perfil lipídico fueron más prevalentes en el
grupo etario de 50 a 60 años: el aumento del colesterol total, la disminución
del colesterol HDL, los niveles elevados de colesterol LDL y los triglicéridos
altos se presentaron con mayor frecuencia en este grupo etario. Así mismo, se
observó que las mujeres mostraban con mayor frecuencia niveles bajos de
colesterol HDL.
En relación al perfil lipídico según el estado
nutricional, en Ecuador, en el 2021, Alfieri (12)
mostró que el 15 % de los individuos con exceso de peso presentaba
hipercolesterolemia y el 22 % hipertrigliceridemia,
concluyendo que en comparación con el 23 % de los pacientes con un peso
saludable, el 57 % de los pacientes con exceso de peso mostraron algún cambio
en su perfil lipídico.
La
presente investigación se justifica porque ofrece datos vitales sobre los
valores de referencia de los triglicéridos LDL, HDL y el colesterol total;
todos ellos factores de riesgo importantes para evaluar el riesgo
cardiovascular de un individuo. Además, es de utilidad por la ausencia de
estudios específicos sobre estimación del perfil lipídico, particularmente en
el Departamento de Cochabamba, en Bolivia. Los resultados de la investigación
representaron un aporte científico para el Hospital del Municipio de Tiquipaya, y permitió generar un marco de referencia para
desarrollar estrategias de prevención.
Además, fue factible al ser un tema de interés investigativo actual,
puesto que la estimación del perfil lipídico en el Hospital permitió abordar
los problemas de manera oportuna para mejorar la atención integral del
paciente.
Por lo tanto, el objetivo principal del estudio
consistió en estimar el perfil lipídico (colesterol total, triglicéridos, HDL y
LDL) en pacientes adultos que acudieron al Hospital Tiquipaya
durante el primer trimestre de la gestión 2023.
MÉTODOS
Tipo y área de estudio
Dentro
del paradigma positivista, el estudio tuvo un enfoque cuantitativo, de diseño
observacional, retrospectivo, transversal de tipo descriptivo. Este fue
desarrollado en el Hospital Tiquipaya del
Departamento de Cochabamba (Bolivia), durante el periodo comprendido entre
enero y marzo de 2023.
Población y muestra
La
población estuvo conformada por 562 historias clínicas de pacientes de ambos
sexos, clasificados según los criterios del Instituto Nacional de Estadística
de Bolivia como jóvenes adultos, adultos de mediana edad y adultos mayores, con
edades comprendidas entre 18 y 91 años de edad, atendidos en el Hospital Tiquipaya durante el primer trimestre del 2023. Fueron
considerados como criterios de inclusión las historias clínicas de pacientes
atendidos en el periodo mencionado. Por el contrario, fueron excluidas aquellas
historias clínicas que presentaban datos demográficos o clínicos incompletos.
Fue utilizada una fórmula de proporción de población para determinar el tamaño
de la muestra de 531 pacientes. La selección de la muestra fue desarrollada a
través del método probabilístico aleatorio simple, mediante números aleatorios
en el programa de Epidat.
Variables e instrumentos de
recolección de datos
Para estimar el perfil lipídico, compuesto por
colesterol total, triglicéridos, HDL y LDL, clasificados en categorías
establecidas, fue realizado el análisis bioquímico en ayunas en la unidad de
laboratorio clínico del Hospital Tiquipaya. El índice
de masa corporal (IMC), según los lineamientos de la OMS (13), fue
clasificado en bajo peso, normal, sobrepeso y obesidad (14). Por
último, el índice aterogénico (15) fue
calculado según el método de Castelli (16), definido como la razón
colesterol total y la concentración de HDL (17), también
estratificado por sexo y grupo etario. Los datos fueron recolectados del
cuaderno de registro de laboratorio (CT, TG, HDL y LDL) y cálculos de índice aterogénico, así como de las historias clínicas (talla y
peso) utilizadas para el cálculo e IMC.
Así
mismo, fueron incluidas variables sociodemográficas tales como el sexo y el
grupo etario categorizado en 18-39 años (adulto joven), 40-59 años (adulto
medio) y 60-91 años (adulto mayor), a partir de la información obtenida de las
historias clínicas y del cuaderno de registro.
Técnicas y procedimientos de la
recolección de datos
Los
datos fueron obtenidos de pacientes atendidos en consulta externa entre enero y
marzo de 2023. Para su recolección fue aplicada la técnica de revisión
documental, utilizando como instrumento la ficha de contenido, lo que permitió
trabajar con fuentes secundarias destinadas al análisis del perfil lipídico.
Para tal efecto, se elaboró una base de datos en la herramienta estadística
Excel con información como el código de historial, sexo y edad; datos antropométricos
(peso, talla e IMC) y parámetros bioquímicos referidos al perfil lipídico,
cuyas dimensiones fueron colesterol, triglicéridos, HDL y LDL.
Análisis de datos
Por
tratarse de una investigación de nivel descriptivo, para el análisis de las
variables cualitativas (sexo y grupo etario) fueron utilizadas frecuencias
absolutas y porcentajes en Excel. Además, fueron calculadas proporciones para
describir la distribución del perfil lipídico según sexo, grupo etario y estado
nutricional. Para la variable cuantitativa (índice aterogénico)
fue empleada la fórmula (colesterol total/HDL) y fueron calculadas las medidas
de tendencia central (media), dispersión (desviación estándar), posición (valor
mínimo y valor máximo) e intervalos de confianza al 95 % (límite inferior y
superior). Valores más elevados de este índice fueron asociados con un mayor
riesgo cardiovascular, mientras que valores bajos indican un menor riesgo; así,
fueron considerados valores normales < 4,5 en hombres y < 4,0 en mujeres.
Aspectos éticos
Para
la realización del estudio fueron contempladas las directrices éticas de la
Declaración de Helsinki para la investigación con seres humanos. La jefatura
del Servicio de Laboratorio del Hospital y la dirección del mismo autorizaron
cada una de las operaciones implicadas. Por otra parte, fue garantizada la
confidencialidad de los datos personales y clínicos. Así mismo, se cumplió con
los procedimientos formales para la autorización de la investigación por parte
del director del Hospital Tiquipaya, de acuerdo con
la solicitud de información sobre control interno y procedimientos operativos
estándar (POE) del Hospital.
RESULTADOS
En la Tabla 1 se observa que la frecuencia del perfil
lipídico según sexo evidenció que 135 pacientes (36 %) del sexo femenino y 59
(37 %) del sexo masculino presentaban hipercolesterolemia. En relación con los
triglicéridos, se observó hipertrigliceridemia en 60
pacientes (38 %) del sexo masculino, en comparación al sexo femenino con 112
(30 %). Además, 109 pacientes (68 %) del sexo masculino presentaban niveles
bajos de HDL, en comparación al sexo femenino con 216 (58 %). En lo que
respecta al colesterol LDL, 146 pacientes (39 %) del sexo femenino y 62 (39 %)
del masculino presentaron niveles altos de LDL con igual proporción.
En
la Tabla 2 se observa que 70 (38 %) de los pacientes de 40 a 59 años (adulto
medio) presentaban colesterol alto y triglicéridos elevados. Así mismo, los
grupos de 40 a 59 años (adulto medio) y el de 60 a 91 años (adulto mayor), con
116 (63 %), presentaban la mayor proporción de niveles bajos de HDL.
Finalmente, el grupo de 60 a 91 años (adulto mayor) presentaba niveles altos de
LDL, con 98 pacientes (40 %).
En
la Tabla 3 se observa que las concentraciones del perfil lipídico según el
estado nutricional indican que, en el grupo con sobrepeso, 65 pacientes (40 %)
presentaron colesterol alto, y en el grupo con obesidad, 112 pacientes (40 %)
mostraron colesterol alto. Asimismo, en el grupo con obesidad, 103 pacientes
(37 %) presentaron triglicéridos altos. Además, se observa que, en el grupo de
obesidad, 187 pacientes (67 %) presentaron niveles bajos de HDL, mientras que
121 pacientes (43 %) tuvieron valores elevados de LDL.
La Tabla 4 muestra que el promedio o la media del índice aterogénico (colesterol total/HDL) en la población estudiada fue ligeramente mayor en hombres (5,51) en comparación con mujeres (5,21), lo que sugiere una tendencia hacia un mayor riesgo aterogénico en la población masculina.
En la Tabla 5 muestra que el promedio o la media del índice aterogénico más alto se observa en el grupo de 40 a 59 años (adulto medio) (5,51), seguido por el grupo de 60 a 91 años (adulto mayor) (5,33) y el grupo de 18 a 39 años (adulto joven) (4,86), lo que indica que el riesgo aterogénico tiende a aumentar con la edad, alcanzando su punto máximo en la mediana edad.
DISCUSIÓN
A partir de la estimación de las concentraciones de
colesterol total, triglicéridos, HDL y LDL, la discusión de los resultados se
centra en la comparación con estudios previos y en la identificación de áreas
prioritarias para la prevención de enfermedades cardiovasculares en la
población de estudio.
En
comparación con hallazgos del presente estudio sobre el perfil lipídico según
sexo, la investigación realizada por Ríos (18) en la gestión 2024,
en Ecuador, reportó una mayor proporción de hipercolesterolemia del 54 %, con
mayor afectación en el sexo femenino con el 59 %. La hipertrigliceridemia
alcanzó un 56 % con una media de 175 mg/Dl, con el 54 % en hombres y el 58 % en
mujeres. En cuanto a los niveles de HDL, se identificaron niveles bajos en el
47 % de los hombres y en el 46 % de las mujeres. Además, el 94 % de ambos sexos
presentaba concentraciones de LDL por encima del valor óptimo.
De
forma complementaria y haciendo hincapié en los niveles bajos de HDL, los
resultados del presente estudio son consistentes con la Encuesta Nacional de
Examen de Salud y Nutrición (NHANES) (19) del 2021-2023 en Estados
Unidos, en donde se reportaron una alta proporción de HDL bajo del 21,5 % en
hombres frente al 6,6 % en mujeres.
En
relación con los resultados del perfil lipídico según grupo etario obtenidos en
la presente investigación, se observa concordancia con el estudio de Carroll et
al. (19) (2021-2023), quienes reportaron que la proporción de
colesterol total alto fue mayor en el grupo de 40 a 59 años (16,7 %) en
comparación con los menores de 40 años y los mayores de 60 años. Sin embargo,
otra investigación realizada por Bravo (20) en 2022, en Ecuador,
encontró que la distribución de triglicéridos en la población de edad comprendida
de 45 a 70 años no mostraba variaciones marcadas entre los grupos de estudio.
Por su parte, la investigación de Palacios Sedano (11) en el 2020,
en Perú, identificó que el colesterol LDL elevado fue encontrado en mayor
porcentaje en pacientes de 50 a 60 años, aunque con una menor incidencia en
edades avanzadas.
En
conjunto, los hallazgos obtenidos en el Hospital Tiquipaya
reflejan patrones consistentes con los descritos en la literatura científica,
ya que se observó una alta proporción de hipertrigliceridemia
en hombres, niveles reducidos de HDL en ambos sexos y elevación de colesterol
alto y LDL en adultos de mediana edad y mayores. Estos resultados refuerzan la
necesidad de establecer estrategias de prevención, diagnóstico precoz y
tratamiento de las dislipidemias, con énfasis en
grupos de alto riesgo, para reducir la incidencia de enfermedades
cardiovasculares.
En
concordancia con los hallazgos sobre el perfil lipídico según el estado
nutricional, un estudio realizado por Bays et al. (21),
en el 2024, informa que el patrón lipídico característico incluye niveles
elevados de triglicéridos, reducción del HDL y un aumento del colesterol LDL.
Esto es consistente con el presente estudio, donde los niveles elevados de LDL
y triglicéridos se observaron en individuos con obesidad. De manera similar,
una investigación realizada por Alfieri Pappalardo (12), en el 2021 en Paraguay, observa
la alteración del perfil lipídico según el estado nutricional en hombres
adultos, quienes específicamente presentaron exceso de peso; además, se observó
hipercolesterolemia en el 15 % de los pacientes, hipertrigliceridemia
en el 22 % e hipercolesterolemia con hipertrigliceridemia
en el 20 %.
En
cuanto a los niveles reducidos de HDL, los hallazgos del presente estudio
coinciden con los informes de la literatura. La investigación realizada por
Marín Paredes et al. (22), en el 2023 en Lima (Perú), sobre dislipidemia en pacientes con obesidad identificó que el
53,9 % de los pacientes con HDL bajo tenía sobrepeso; el 52,3 % de los
pacientes con colesterol elevado tenía sobrepeso, mientras que el 45,7 % de
aquellos con LDL alto presentaba sobrepeso.
Así
mismo, un estudio realizado por Bays et al. (21),
en el 2024, en adultos con obesidad, informó que el patrón lipídico
característico en adultos con obesidad incluía niveles elevados de
triglicéridos, reducción del HDL y un aumento del colesterol LDL. Esto se
correlaciona con los resultados obtenidos en el Hospital Tiquipaya,
donde el 67 % de los pacientes con bajo peso y obesidad presentaron niveles
bajos de HDL, y el 43 % de los pacientes con obesidad mostraron LDL elevado.
Estas
observaciones refuerzan la evidencia de que el exceso de peso es un factor
determinante en el desarrollo de dislipidemias y que
las personas con obesidad tienen un mayor riesgo de presentar alteraciones en
el metabolismo lipídico. Por tanto, los hallazgos obtenidos en el Hospital Tiquipaya reflejan patrones similares a los reportados en
la literatura, donde el sobrepeso y la obesidad se asocian con niveles elevados
de colesterol total, triglicéridos y LDL, así como con una reducción del HDL.
Los
hallazgos en la evaluación del índice aterogénico
(colesterol total/HDL) son asimismo consistentes con estudios previos que han
identificado una mayor predisposición de los hombres a presentar un mayor
índice aterogénico. Un estudio realizado por Huber et
al. (23), en el 2020, en Argentina, sobre el Índice de Castelli,
este fue mayor de 4,5 (índice adimensional) en un 13 % de los pacientes, con un
valor medio de 3,38, siendo mayor en hombres y adultos mayores a 50 años.
De igual manera, la edad y el índice aterogénico han sido ampliamente documentados. En un
estudio realizado por Herrera (24), en el 2022 en el Hospital
Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, en La Habana
(Cuba), se destacó la utilidad del índice aterogénico
en el diagnóstico de aterosclerosis subclínica y se considera que la edad mayor
de 50 años, la obesidad y la hipertensión arterial eran factores de riesgo
predominantes en el desarrollo de aterosclerosis.
Esto
es consistente con los resultados del presente estudio, donde el grupo de 40 a
59 años (adulto medio) presentó el índice aterogénico
más alto, seguido por el grupo de 60 a 91 años (adulto mayor), lo que sugiere
que el riesgo aterogénico aumenta con la edad. En
efecto, los hallazgos obtenidos en el Hospital Tiquipaya
son concordantes con estudios previos que indican que los hombres y los adultos
de mediana edad presentan un mayor índice aterogénico
y, por ende, un mayor riesgo de aterosclerosis y enfermedad cardiovascular.
En términos generales, la evidencia científica
respalda que la medición de una serie de lípidos transportados por los
distintos tipos de lipoproteínas plasmáticas en la sangre se conoce como perfil
lipídico (25). Un elemento cada vez más importante en la salud
cardiovascular de la población adulta es la dislipidemia;
un trastorno caracterizado por cambios en los niveles de lípidos en sangre (26).
Factores como la obesidad, el sedentarismo, la diabetes mellitus, el tabaquismo, la hipertensión arterial y la dislipidemia suelen considerarse de riesgo controlable (27).
Por el contrario, los elementos no modificables incluyen la edad, el sexo y los
antecedentes genéticos, que son exclusivos de cada individuo y no pueden
modificarse ni eliminarse (28) Además, se ha demostrado que el
riesgo de enfermedad cardiovascular aumenta con la edad, como demuestra el
hecho de que casi cuatro de cada cinco muertes se produzcan en personas mayores
de 65 años (29). Esto es sustentado en investigaciones clásicas,
como el estudio de Framingham (30),
iniciado por el Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos en 1949, que
continúa siendo un referente fundamental por su impacto en la identificación de
factores de riesgo cardiovasculares
La
principal fortaleza de la investigación fue el tamaño de la muestra del
estudio, el cual permitió detectar tendencias recurrentes en el perfil lipídico
de la población. Además, la investigación se llevó a cabo en un entorno
geográfico con menos evidencia publicada, lo que aporta información original y
pertinente para la zona.
Entre las limitaciones del estudio, cabe señalar que,
al ser transversal y retrospectivo, además de basado en historias clínicas, sus
resultados dependen de la calidad y exhaustividad de los registros. Esto impide
establecer relaciones causales; por esa razón, no se aplicaron estadísticas
inferenciales.
En función a los resultados encontrados, se recomienda
fortalecer las estrategias de prevención y monitoreo del perfil lipídico en
adultos mayores y mujeres. Así mismo, implementar programas locales de
educación en salud dirigidas a la prevención y control de las dislipidemias. Para reducir el riesgo de enfermedad
cardiovascular, es necesario desarrollar talleres informativos, dirigidos a las
personas, sobre los efectos de la menopausia en mujeres en el metabolismo de
los lípidos, a fin de promover estilos de vida saludable a través de ferias de
nutrición y establecer controles anuales gratuitos de perfil lipídico.
Conclusiones
El
estudio realizado en pacientes adultos del Hospital Tiquipaya
(Bolivia) durante el primer trimestre de 2023 reveló una alta proporción de dislipidemias, con diferencias significativas según sexo,
edad y estado nutricional. Se encontró que el grupo etario más afectado eran
los adultos mayores de 60 a 91 años. Los hombres presentaron un perfil lipídico
con mayor proporción de hipertrigliceridemia y
niveles bajos de HDL. Además, la obesidad se identifica como un factor
determinante en las alteraciones lipídicas, lo que resalta la necesidad de
estrategias de prevención específicas según edad, sexo y estado nutricional.
Los hombres tenían un índice aterogénico más elevado,
que aumentaba con la edad y era más alto en la franja de 40-59 años. Para
reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular, los resultados ponen de relieve
la necesidad de poner en marcha medidas preventivas que hagan hincapié en la
educación sanitaria, el control rutinario del colesterol y el fomento de
estilos de vida saludables.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Fuentes de financiamiento
La
investigación fue autofinanciada.
Conflictos de interés
La
autora declara no tener conflictos de interés.