DOSIER

ENSAYO

Descolonización de la educación peruana: una mirada epistemológica hacia la formación del profesorado

Decolonization of Peruvian education: an epistemological look towards teacher training


Emperatriz Karina Oyola Gaspar 1,a , Krisel Anayka Durand Cuba 1,b , Oscar Gutiérrez Huamaní 1,b


1 Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, Ayacucho, Perú.

a Bachiller en Ciencias de la Educación.

b Doctor en Ciencias de la Motricidad.


Citar como: Oyola Gaspar, E. K., Durand Cuba, K. A., y Gutiérrez Huamaní, O. (2024). Descolonización de la educación peruana: una mirada epistemológica hacia la formación del profesorado. Desafíos, 15(1):108-15. https://doi.org/10.37711/desafios.2023.15.1.423


Recibido: 22-09-2023

Aceptado: 06-12-2023 

Publicado en línea: 04-01-2024


RESUMEN

En Latinoamérica, los conocimientos y planteamientos epistemológicos son de afuera, de un grupo de poder hegemónico. Descolonizar la educación requiere de una insurgencia ante el conocimiento e ideología eurocentrista, considerando aspectos propios de la cosmovisión andina y la cultura ancestral; reescribir y reconstruir nuestras bases epistemológicas hacia la formación de profesores, para obtener resultados positivos de contenido y de forma educativa. La descolonización permite alcanzar una sociedad con menos brechas de desigualdad. En la educación peruana y la de otros países latinoamericanos se evidencia la influencia del occidentalismo dominante, que no permite el despegue de epistemologías que fortalezcan la educación. Es importante respetar la pluralidad de las epistemologías del sur y la complejidad educativa. La reconstrucción de la epistemología andina es un camino hacia la descolonización de la educación peruana.

Palabras clave: educación; descolonización; epistemología; formación del profesorado


ABSTRACT

In Latin America, epistemological knowledge and approaches come from an external, hegemonic power group. Decolonizing education requires an insurgency against Eurocentric knowledge and ideology, considering aspects inherent to Andean worldview and ancestral culture; rewriting and reconstructing our epistemological bases towards teacher training to achieve positive educational content and form. Decolonization enables the attainment of a society with fewer inequality gaps. In Peruvian education and that of other Latin American countries, the influence of dominant Westernism is evident, hindering the emergence of epistemologies that could strengthen education. It is crucial to respect the plurality of Southern epistemologies and educational complexity. The reconstruction of Andean epistemology is a path towards the decolonization of Peruvian education.

Keywords: education; decolonization; epistemology; teacher training.


INTRODUCCIÓN

Un eje que mantiene el carácter colonial duradero es la clasificación social mundial en base a la raza (conquistadores y conquistados), que permitió la hegemonía del capitalismo colonial/moderno y eurocéntrico, con una clara relación de dominador- dominado, superioridad e inferioridad, así como el rol social correspondiente de cada uno de ellos, con una perspectiva de superioridad eurocéntrica del conocimiento (Quijano, 2014). Con ello, se ancló el colonialismo de la epistemología eurocentrista, creando la “colonialidad del saber” o el colonialismo intelectual.

Han pasado muchas décadas y la interpretación del mundo sigue siendo un hecho formalista e individualista, es decir, un parafraseo similar analizado y comentado por el mismo sector dominante de siempre. No se enseña lo que verdaderamente aconteció y quienes fueron los verdaderos protagonistas, puesto que el conocimiento se maneja de acuerdo a las necesidades y antojo de una minoría, considerada como “superior”, capaz de imponer su conocimiento como válido y único; mientras el resto continúa siendo un simple receptor acrítico de las teorías impuestas, como, por ejemplo: en la política, en la epistemología, la economía, la cultura, creencias y también en el campo educativo.

Descolonizar la educación implica trasformar la concepción de toda una generación en el campo educativo. El Currículo Nacional de la Educación Básica contribuye a seguir patrones occidentales, así como el enfoque por competencias desarrollado actualmente promueve el avance del capitalismo y el pensamiento occidental impuesto como universalmente verdadero. La descolonización de la educación permitiría generar un currículo nacional partiendo desde una epistemología propia y una cosmovisión andina, sin caer en la importación de modelos educativos exitosos en otros lugares.

Estos planteamientos son fundamentados por Méndez (2010), que manifiesta una desarticulación o desconectarse de lo eurocéntrico, lo que nos permitiría dar pasos hacia una nueva sociedad; y renovadora racionalidad universal, porque nuestra cosmovisión andina tendría mucha más relevancia y legitimidad. Desconectarse de lo eurocéntrico significa separarnos de todo aquello que nos impusieron, enseñaron y conocemos como único razonamiento. Es romper la alienación cultural que ejercieron los grupos “superiores” sobre las “masas inferiores”, para engendrar en nuestra población la construcción de un conocimiento crítico y analítico en la educación; ya que este campo es por excelencia productor de conocimiento, entendiendo que el conocimiento no es único, lineal e impositivo. Por el contrario, la propuesta es enriquecerla con los aportes desde diferentes perspectivas.

La descolonialización en el campo de la pedagogía se enmarca en dejar de seguir al pie de la letra o copiar modelos, corrientes teóricas o enfoques que no son contextualizados a la realidad peruana. Solano-Alpízar (2015) señala que “la descolonización de la educación presupone un combate que debe conducir a la emancipación de las cadenas mentales que atan la educación, la escuela, la pedagogía y la cultura a un modelo civilizatorio en crisis” (p. 83). Entonces se debe enfocar en buscar nuevas formas de enseñanza- aprendizaje, que conecten la comunidad con las instituciones educativas y el Currículo Nacional, para lograr así un conocimiento desde el interior de nuestras vivencias, manteniendo un equilibrio entre las personas y la naturaleza.

La educación actual está enfocada más bien en crear máquinas de trabajo que contribuyan en el desarrollo del capitalismo y generar seres soberbios. Al respecto, Contreras y Ramírez (2014) señalan:

Una educación cuya cultura de aprendizaje estaría marcada por el consumismo, donde su propósito no sería crear saberes, sino, por el contrario, limitarse a repetir lo que se produce en otros espacios y en otros contextos, constituyendo un currículo circunscrito a la ciencia de otros (p. 299).

Lo recomendable sería establecer políticas educativas que establezcan un equilibrio entre los modelos educativos de fuera con los propios; y de esta manera, mantener una educación actualizada, pero sin dejar de lado lo que demandan las propias políticas educativas de un país o región para poder aperturar mejores oportunidades.

El objetivo de la descolonización de la educación peruana no es plantear un cambio drástico al modelo educativo peruano, sino entender que podemos tener mejores resultados educativos si empezamos revalorando las epistemologías del sur o latinoamericanas, teniendo en cuenta la cosmovisión andina. Se debe dejar de lado la universalidad y dar paso a la pluriversalidad (De Sousa, 2010). Si comprendemos que la educación está relacionada con el conocimiento, entonces los frutos que podríamos obtener al descolonizar la educación serían favorables para nuestro desarrollo, es decir, de renovar la manera monótona de aprender, de repetir lo mismo y obtener resultados similares frente a las pruebas nacionales e internacionales.


DESARROLLO O CUERPO

¿Cómo mejorar la sociedad con una educación descolonizada?

El impacto social que se desprende de la educación es, sin duda, una de las decisivas al momento de determinar el tipo de sociedad que desarrolla un país. En el Perú, siguiendo los enfoques coloniales al igual que en otros países de la región, actualmente, se forman grandes profesionales, entre técnicos y universitarios. También en el campo de la investigación se visualiza un avance; pero tener estudios superiores, doctorados, no nos garantiza estar rodeados de mejores personas, ciudadanos íntegros, empáticos; o por el contrario, el modelo contribuye a la deshumanización, a la indiferencia de los unos frente a los otros. El actual modelo educativo direccionado a la formación de máquinas de trabajo a favor del capitalismo ha generado una brecha social. Cada quien defiende su entorno; mientras la desigualdad se genere en su ambiente será defendida, pero si se ven injusticias fuera de su entorno serán justificadas por algún motivo. La jerarquía entre superiores e inferiores ha calado en todos los ámbitos del desarrollo humano, por ejemplo: escuela, trabajo, hogar, barrio, pueblos, entre otras formas de evidenciar la brecha social.

Al igual, Piedrahita (2020) señala:

Este modelo educativo afianza el individualismo, la búsqueda del éxito personal, el «sálvese quien pueda». Ha generado grandes científicos, buenos ingenieros, excelentes médicos o abogados, pero no ha garantizado la formación de mejores personas, más humanas, que respeten al otro y la naturaleza, que lean de forma crítica la realidad y que participen en la transformación de los aspectos que se consideren injustos en la sociedad (p. 58).

Entonces, si anhelamos soslayar las brechas sociales, una de las maneras es enfocándonos en introducir prácticas descoloniales y transformadoras.

Descolonización de la educación

A primera vista parece un tema utópico o a largo, larguísimo plazo, pero algunos investigadores plantean estrategias como iniciar la marcha para una educación descolonizada a partir de enfatizar las epistemologías del sur. Walsh (2014) señala que nuevas pedagogías están surgiendo desde el seno de la convivencia y saberes cotidianos a partir de una mirada retrospectiva en la epistemología ancestral sincretizada con los nuevos aportes. Mientras que unos estudiosos lo denominan como Buen vivir o Vivir bien, otros lo conocen como el Allin kawsay o Sumaq kawsay, pero estos planteamientos concuerdan que se pueden obtener mejores resultados partiendo de mantener una vida solidaria entre los seres humanos y la naturaleza.

Con frecuencia, hemos escuchado la frase “quiero una buena vida” o como meta planifican tener una buena vida, pero será lo mismo que decir “quiero un buen vivir” o mi meta es vivir bien. Frente a esta interrogante se recurre al estudio de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI, 2010), que presenta:

Vivir Bien es vivir en comunidad, en hermandad y especialmente en complementariedad. Es una vida comunal, armónica y autosuficiente. Vivir Bien significa complementarnos y compartir sin competir, vivir en armonía entre las personas y con la naturaleza. Es la base para la defensa de la naturaleza, de la vida misma y de la humanidad toda (p. 34).

Entonces, en nuestro entorno vemos que alcanzar una buena vida como tantos añoran no es vivir mejor, porque para alcanzar sus fines son un tanto pragmáticos y defienden las desigualdades, justifican sus actos e inferiorizan a los demás. El individualismo y la deshumanización los podemos apreciar en todo ámbito de desarrollo. A diferencia del Bien vivir o Allin kawsay, que permite una vida en armonía sin explotar al otro, sin explotar la naturaleza.

También descolonizar la educación requiere de una insurgencia de conocimiento e ideología; nos urge elegir el mejor camino para obtener resultados positivos de contenido y de forma. Por ello, por medio de la descolonización educativa se busca alcanzar una sociedad con menos brechas de desigualdad.

Tan sencilla parece la palabra descolonización, ¿pero si nos independizamos hace ya doscientos años?, se preguntarán algunos; pero hasta hoy los conocimientos, los planteamientos epistemológicos son de afuera, de aquellos que tienen un poder hegemónico a nivel global. Hablar de descolonización es amplísimo porque abarca a todo nivel epistemológico, económico, social, político, humano, civil, etc. Pero en la actualidad todos estos aspectos están orientados bajo el eurocentrismo u occidentalismo, que sutilmente está amoldando al estudiante a su beneficio, para ser un futuro servidor, agentes que movilizaran y dinamizaran el modelo capitalista dominante en el cual prima el individualismo. Nos han hecho creer que es el modelo mediante el cual el hombre alcanza la plenitud y satisfacción, pero solo para unos sometiendo a los otros.

Para desarrollar la descolonización se debe entender la educación desde la complejidad; la educación como proceso complejo, sistémico e integrado, sincretizando los enfoques externos con los planteamientos internos.

Descolonizar la educación desde la crianza

Quizá alcanzar una educación descolonial sea ahora una utopía, pero lo que está al alcance es cambiar la formación y crianza de los hijos.

Al respecto, Rengifo (2003) comenta:

Explica que el primer suceso que marca esta sustitución es, por una parte, la separación del ser humano de la naturaleza y, por otra, la desacralización del mundo. Todo esto lleva a definir el conocimiento como distancia, posesión, control y poder; cualidades que finalmente se transfieren a la acción educativa, dando paso al “modo inventado y deseado por los modernos, de proporcionar al individuo los argumentos y el modo más eficaz de ampliar su dominio sobre las cosas” (p. 44).

Una persona es un mundo complejo, así también las familias, cada una con sus particularidades y diferencias al momento de educar a sus hijos, casi siempre imitando patrones de crianza o modelos que entre comillas serían los correctos al momento de educarlos. Las familias pluriculturales, cada una con sus exclusivas maneras de conocer y relacionarse con la realidad al generar la crianza, basadas en su cultura y su entorno.

Trasformación de la educación por niveles

El campo educativo en nuestro país ha vislumbrado problemas e incoherencias con respecto al desarrollo académico y escolar de nuestros estudiantes, puesto que la comunidad del profesorado de educación básica ha sido constantemente evaluada con criterios y estándares ajenos a su desempeño, contexto y realidad.

En ese sentido, Salas (2003) afirma que:

La educación fue ganando importancia dentro del nuevo orden mundial en el siglo XX, atrajo la conformación de una comunidad de investigadores, dedicados a dar cuenta de la compleja trama de elementos que entran en juego en el proceso enseñanza-aprendizaje, no sólo a nivel pedagógico, sino también administrativo (p. 10).

La organización de la Educación Básica Regular describe la clasificación de las características, funciones y orden que corresponden a cada nivel educativo; es decir, en la didáctica pedagógica, la enseñanza-aprendizaje que se imparte en inicial, primaria y secundaria. En la educación superior, la formación de profesores o formación inicial docente resulta un aspecto clave para la descolonización educativa. “La postura epistemológica determina la producción e interpretación de teorías incidiendo en las prácticas docentes (incluyendo la investigativa) y pedagógicas” (Gorodokin, 2005, p. 1). Los futuros profesores con sólida formación epistemológica del sur ofrecerán una nueva perspectiva educativa partiendo de la cosmovisión andina y los conocimientos ancestrales hacia una descolonización intelectual.

Realmente urge un cambio en el sector educativo puesto que aún seguimos repitiendo conocimientos obsoletos y poco actualizados, el pensamiento eurocéntrico. Al respecto, “La vigilancia epistemológica implica no aferrarse a una obediencia incondicional con la tradición y la tiranía” (Contreras, 2003, p. 41). En este caso, se nos plantea un nuevo despertar de los agentes educativos: profesores y estudiantes; el primero, tiene la obligación de conocer la ciencia que va enseñar con el propósito de no repetir los contenidos tal y como él lo aprendió en su formación profesional; el segundo, desde su posición, debe ser un ente crítico y analítico, y no simplemente un receptor de información. Dicho esto, nuestra posición toma consistencia en transformar la educación, y no solo con políticas públicas educativas; el cambio debe ser desde la raíz.

Lo educativo es, sin duda y por excelencia, el sector con mayor impacto y poder de trasformación, pero también es el ámbito con mayor dificultad de transformar; es una cuestión dialéctica que muchas veces desorienta la labor de todos sus agentes participantes. Por un lado, las innovaciones que desembocan en la educación implican un efecto en la vida cotidiana de los sujetos a gran escala; además, afectaría positivamente la dualidad de prácticamente de todos los sectores y familias de nuestra sociedad, pero esta trasformación trastoca enormemente los intereses de los grandes capitalistas.

A pesar de que se ha impulsado una progresiva variación, no se han podido identificar soluciones únicas y rápidas, pues nuestro sistema educativo debe madurar la alteración.

La llamada maduración es necesaria en la estructura de nuestro sistema educativo, puesto que se alude a un cambio de chip o romper cadenas mentales de la zona del ser, planteado por De Sousa (2010), y vigorizar nuestro propio desarrollo científico sin discriminar lo científico de lo no científico. Por ello, Ocampo (2014) manifiesta su preocupación:

La urgencia es hoy. Comprender la estructuración paradigmática con el propósito de bajar oportunamente estos marcos a prácticas, contextos y sujetos concretos que, a pesar de la sobreproducción científica, no logran ser visibilizados desde sus posiciones y posicionamientos que los inscriben como parte de un sistema que reclama transformaciones relevantes en la materia (p. 104).

Esta transformación es ambiciosa pero necesaria, pues cuestiona la realidad desde una mirada totalizadora e individual, más aún en la visión pedagógica. Deslindarse de lo europeizante es la perspectiva de los desafíos de un modelo educativo en desplazamiento y en evolución, que será reflejo de un saber indefinido pero relevante de ahondar y legitimizar. Al respecto, Salas (2003) agrega que:

Es indispensable elevar la calidad de la educación, razón por la cual elevar la capacidad de gestión de la organización educativa se vuelve uno de los principales problemas a resolver por parte de los teóricos e investigadores de este campo (p. 15).

El proceder planteado podemos llamarlo “reconstructiva”, ya que mantiene al proceso del conocimiento abierto a fin de que sea de acceso para todos y todas, pues se eliminará el privilegio de un grupo minoritario. Los niveles educativos en nuestro país, valgan verdades, esta precariedad o, como diría, tratando de sobrevivir en las múltiples situaciones concretas de la actividad educativa. La esencia de este planteamiento es que los contenidos transmitidos culturalmente se deben configurar y potencializar nuestra propia construcción de forma pura y evaluada, objetiva y subjetivamente.

¿Por qué es importante cambiar la epistemología educativa?

Pues porque nos urge la necesidad de empezar con el proceso de trasformación de los saberes educativos. Tal y como lo sustenta Chevallard (2009), “Ya no se trata de una simple reorganización por permutación sino de una verdadera refundación del conjunto de contenidos” (p. 39).

Por tanto, preexiste una demanda social desde tiempos inmemorables que claramente se debe resolver y atender para la mejora de nuestra epistemología educativa peruana. La gestión educativa enfrenta nuevos retos, tanto en lo social, político y económico, de modo que la educación en estos tiempos demanda un incremento del conocimiento, pero utilizando nuevos e innovadores esquemas educativos propios de nuestra comunidad peruana, ya que el resultado será de calidad y eficiente.

La epistemología educativa ha resurgido en importancia en el cambio de los saberes, su relevancia se justifica en lo manifestado por año (2017):

Cambiar la epistemología educativa; tampoco es volver atrás sino recuperar y re-escribir la historia negada, es re-construir las formaciones discursivas de dominación desde la autovaloración de las prácticas culturales, patrones de pensamientos, conocimientos que fueron y son suprimidos o ignorados por la colonialidad; es avanzar hacia la autodeterminación y consecuentemente hacia una emancipación (p. 123).

El escenario actual de la humanidad traduce necesidades en una epistemología descolonizada en la investigación, producción y creación del conocimiento; en breves palabras, se da visibilidad a los saberes sometidos y, por tanto, implica comprender una colonialidad del saber. Al respecto, Iño (2017) nuevamente realiza un hincapié, al mencionar que “En suma, la epistemología pluralista conduce hacia una ruptura con las formas de pensar modernas y el sistema de conocimientos, la colonialidad del saber, de lo científico y la colonización de la subjetividad” (p. 114).

La importancia del cambio epistemológico en la educación implica romper con aquellas formas tradicionales en que se nos enseñó concebir desde siempre. Supone entonces desaprender y desprenderse de valores, creencias, costumbres y tradiciones que nos han sido presentados como únicos y verdaderos, y terminan ignorando o rechazando las expresiones culturales autóctonas, que el sistema neocolonial lo representa como “salvajismo”.

En ese sentido, Solano (2015) declara que:

Debemos, —en sentido imperativo— realizar un esfuerzo sistemático por poner en cuestión los presupuestos epistemológicos, filosóficos, sociales y culturales sobre los que se asienta una educación oficial que se encuentra afirmada en un patrón de dominación neocolonial, que anula, oculta e invisibiliza las construcciones socioculturales elaboradas por diferentes grupos étnicos en América, Asia, África y Oceanía; pero también toda manifestación de sabiduría popular que es caracterizada como acientífica y no digna de ser enseñada en los centros educativos, ya sea de educación primaria, secundaria o educación superior o universitaria (p. 123).

Finalmente, debemos decir que el cambio de la epistemología educativa presupone una necesidad de crear una nueva premisa que permita respetar y reconocer el desarrollo del conocimiento diferente del otro lado, es decir, de la riqueza cultural autóctona. La importancia recae en desprender la educación de la imposición de saberes para realizar un giro en la manera de aprender.

Desarticulación del eurocentrismo

Históricamente sabemos que los supuestos “conquistadores” se apropiaron de la riqueza mineral y natural de nuestro país, pero no a gusto con ello, impusieron su propia visión del mundo e ideológica. En consecuencia, nuestras civilizaciones fueron sometidas y aniquiladas espiritual, y físicamente, convirtiéndolos en sociedades vacías porque su cosmovisión fue pisoteada en su totalidad, puesto que toda posibilidad de un nuevo resurgir fue suprimida.

Nuevamente, para Solano (2015):

Dicha subordinación histórica se produjo en todos los campos de la existencia humana, y la educación fue uno de los espacios sociales en los que tuvo mayor incidencia la dominación colonial. Para ello, los colonizadores no solo destruyeron todo vestigio de conocimiento autóctono, sino también toda institución educativa y cultural, imponiendo una educación alienante afincada en la memorización pasiva y la repetición vacía (p. 118).

Esta dominación colonial que plantea el autor aún prevalece en nuestros días, y en la actualidad es conocida como globalización, que de hecho es la expansión del sistema capitalista; sin embargo, lo preocupante es que se sigue imponiendo una educación eurocéntrica que nos sumerge e imprime una huella indeleble en las formas del pensamiento y actividades educativas en nuestras instituciones, con el supuesto lema de “estar a la vanguardia”. Dichos fundamentos en el ámbito social y en la educación constituyen mecanismos de reproducción de ideologías verosímiles.

Según Ocampo (2014):

Tradicionalmente, el tratamiento de lo epistemológico en la educación devela un sistema de construcciones híbridas cuyos posicionamientos y estatus científicos se nutren de ciencias o disciplinas complementarias, permitiéndonos avanzar en la construcción de ciertos sistemas de comprensión o interpretación de los fenómenos educativos de mayor vigencia. Esta cuestión, y otras discusiones, reflejan una escasa pertinencia para abordar nuestros dilemas, especialmente, desde la articulación de un conocimiento explícito consciente capaz de explorar, comprender y transformar oportunamente los dilemas y oportunidades que hoy cruzan la ciencia educativa en todos sus niveles y campos de acción (p. 103).

De lo manifestado por el autor se traduce en la posibilidad de un horizonte desarticulado del pensamiento eurocentrista, lo que incentiva a las masas a la acción emancipadora, con una dinámica de investigar y analizar los hechos de atrás y adelante para comprender lo dominado y excluido; en pocas palabras, reescribir la intelectualidad que tanto tiempo estuvo marginada.

En palabras claras y concisas, Wood (2016) señala:

para mí, el término «descolonización» se refiere a los procesos que socavan estructuras, agentes, cosas, mecanismos, sistemas, y funciones colonialistas posibles y reales, así reduciendo la cantidad y calidad de las maneras en que dichas realidades están o han sido colonizado (p. 318).

La descolonización epistemológica implica la lucha contra las teorías producidas por el norte, como la racionalidad occidental, que han sido hegemónicas. influenciando en la manera de pensar, en la producción de conocimiento, así como en la ciencia producida por los del sur, olvidados y negados del mundo. Al respecto, De Sousa Santos (2010) propone combatirla mediante la sociología de las ausencias y la sociología de las emergencias, para entender el mundo desde múltiples miradas emanadas desde las epistemologías que hasta la actualidad fueron negadas, reducidas y ocultadas por el simple hecho de defender el modelo occidental, eurocentrista, imperialista, patriarcal y colonial, propuesto por el norte global.

Importancia de contextualizar el Currículo Nacional a la realidad peruana

El Perú es muy diverso y un currículo contextualizado sería una herramienta importante para los profesores. La propuesta no es un cambio radical a los exitosos modelos de afuera, sino sincretizarlos con propias prácticas desarrolladas dentro; esto promovería el logro de los aprendizajes establecidos, mejoras al momento de movilizar las capacidades para desarrollar las competencias, los enfoques transversales y cumplir con el perfil de egreso, para que se cumpla en la práctica y no solo en la teoría. Se debe reflexionar en las estrategias utilizadas y las actividades. Entonces, se debe contextualizar de acuerdo a los parámetros del entorno sociocultural en donde se aplica para promover un mejor reconocimiento.

Una vez más, para Solano (2015):

Tenemos que cuestionar la enseñanza de la historia, las ciencias, la geografía, las matemáticas, la literatura, el lenguaje, así como la organización misma de la educación, de la escuela, de la administración escolar, del currículo, del lugar del docente y de los alumnos, entre otros. Se trata de reconstruir un imaginario y una identidad desde otro horizonte civilizatorio. (p. 123).

Lo mencionado nos incita a la reflexión, no solo a la comunidad educativa, sino también a los investigadores de nuestros días, porque es tarea de todos descolonizar la educación y atreverse a dar el paso y romper con esas cadenas mentales y pensamientos heredados de personas ajenas a nuestra cultura, deslindarnos de lo euro-occidental que simplemente pinta verdades subjetivas. El reto que se asume en este apartado es contextualizar el Currículo Nacional y que nuestro gobierno acepte cambiar las formas en que se enseña, el contenido temático, de modo que la enseñanza-aprendizaje tendrá una nueva dirección y planificación, trasformando la mentalidad de la comunidad educadora y educada.

Ocampo (2014) indica, en ese sentido, que “La necesidad de sustentar y promover nuevas teorías nos invita a revisar cuáles son las dimensiones explicativas y/o las representaciones epistémicas que hasta ahora han cobijado el enfoque, preconstruido, denominado educación inclusiva” (p. 103).

No hay duda alguna que contextualizar el currículo propuesto por el Ministerio de Educación es de gran importancia para mejorar significativamente los aprendizajes de los estudiantes peruanos. En esta línea, se desarrolla el desafío de implementar y promover una adaptación de las actividades que se desarrollan en las aulas escolares; además, servirá de un medio eficaz para mejorar las programaciones anuales, las unidades e incluso las sesiones de aprendizaje. Una gran reforma de base y estructura al sistema educativo de nuestro país, además de lograr la reivindicación epistemológica y de los saberes ancestrales.


CONCLUSIONES

La escuela es considerada como un ambiente generador de conocimiento, lugar de aprendizajes. Pero conocimientos repetidos e impuestos que buscan la continuidad de su hegemonía defendiendo sus intereses; es por eso que se busca descolonizar la educación.

La descolonización de la educación va de la mano con la descolonización epistemológica; entonces, es importante reconocer que la “jerarquía del conocimiento” impuesto no han contribuido al desarrollo de la educación. Por el contrario, lo mantiene rezagado, ocultando el conocimiento de los otros que permitiría mejorar la educación.

Se señala el Buen vivir o Allin kawsay para alcanzar mejores resultados en la educación, no solo con grandes profesionales, sino grandes seres humanos. Complementar el enfoque globalizador de Occidente con las epistemologías propias para abrir camino a un modelo educativo contextualizado; consolidar las epistemologías del sur mediante el surgimiento de nuevas pedagogías o visibilizar las negadas anteriormente.

La descolonización educativa no solo se enmarca en el campo educativo, sino tiene un alcance epistemológico, social, económico, cultural, político y demás en aspectos que el ser humano enfrenta día a día. Existen planteamientos importantes desde la epistemología del sur, que podrían fortalecer la identidad y establecer diferentes formas de relación entre seres humanos, así como la relación de respeto a la naturaleza.

Presentar y desarrollar un currículo educativo contextualizado contribuye en el objetivo de alcanzar la descolonización de la educación; porque contribuye a acercamos al estudiante, a lo propio, al fortalecimiento de la identidad, a reconocerse como valioso y útil a nivel individual y colectivo. Alcanzar un Buen vivir sin explotar al otro o considerándolo inferior al momento de lograr beneficios personales.

Es importante revalorar las epistemologías propias en la formación de profesores y cuestionar la imposición de la epistemología occidental; y emprender la producción de las epistemologías del sur dentro de la complejidad y pluriversalidad del mundo.


REFERENCIAS

Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas - CAOI. (2010). Buen Vivir / Vivir. Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas. CAOI.

Chevallard, Y. (2009). La transposición didáctica. Del saber sabio al saber enseñado. AIQUE Grupo Editor.

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Wood, D. (2016). Descolonizar el conocimiento: una mise en place epistemográfica. Tabula Rasa, (27), 301-337. https://doi.org/10.25058/20112742.453


Fuentes de financiamiento

La investigación fue realizada con recursos propios.

Conflictos de interés

Los autores declaran no tener conflictos de interés.

Correspondencia

Oscar Gutiérrez Huamaní

Dirección: Ayacucho/Huamanga, Perú. Teléfono: 966 630 920

Email: oscar.gutierrez@unsch.edu.pe