DOSIER
ENSAYO
Cosmovisión andina en la educación intercultural
Andean worldview in intercultural education
Graciela Milagros Astorima Farfán 1,a , Oscar Gutiérrez Huamaní 1,b
1 Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, Ayacucho, Perú.
a Bachiller en Ciencias de la Educación.
b Doctor en Ciencias de la Motricidad.
Citar como: Astorima Farfán, G. M., y Gutiérrez-Huamaní, O. (2024). Cosmovisión andina en la educación intercultural. Desafíos, 15(1): 102-7. https://doi.org/10.37711/desafios.2023.15.1.422
Recibido: 18-10-2023
Aceptado: 04-12-2023
Publicado en línea: 12-01-2023RESUMEN
La cosmovisión andina puede ser el pilar para la educación peruana, porque posee características totalmente diferentes a la concepción eurocentrista respecto a su forma de concebir al mundo, de ver a la naturaleza y relacionarse con el otro. Los principios de equilibrio y armonía se producen al interior de las acciones del hombre en el hábitat natural y espiritual. En la cosmovisión andina se guarda la armonía con el entorno, se tiene un pensamiento de reciprocidad, concordancia y complementariedad con una relación de respeto entre el ser humano y la naturaleza, el allin kawsay (vivir bien), el ayni (la ayuda mutua), etc., serían los principios básicos de una educación intercultural peruana. Una educación intercultural debe respetar la diversidad etno-cultrual; y a partir de ello dar la oportunidad de desarrollo a todos los habitantes.
Palabras clave: cosmovisión andina; educación intercultural; cultura; mito; allin kawsay; ayni.
ABSTRACT
The Andean worldview could
serve as the cornerstone for Peruvian education, as it possesses
characteristics vastly different from the Eurocentric conception regarding how
to perceive the world, nature, and interact with others. Principles of balance
and harmony are ingrained within human actions in both the natural and
spiritual habitat. Andean cosmovision upholds harmony
with the environment, fostering a mindset of reciprocity, concordance, and
complementarity with a relationship of respect between humans and nature.
Concepts like allin kawsay
(living well) and ayni (mutual aid) would constitute
the basic principles of Peruvian intercultural education. Intercultural
education must respect ethno-cultural diversity, thereby providing development
opportunities for all inhabitants.
Keywords: Andeanworldview, interculturaleducation, culture, myth, allin kawsay, ayni.
INTRODUCCIÓN
La cosmovisión andina constituye la producción humana que permite ver, sentir y percibir la realidad de la naturaleza y el cosmos de los pueblos originarios de Latinoamérica (Achig, 2019). La cosmovisión andina contiene ciertos principios de convivencia e integración con su entorno. El ande es “El espacio físico es determinante para la estructuración de un pensamiento filosófico que amalgama el aporte de diversas culturas que viven” (Arias, 2009, párr. 3). En este ensayo abordaremos el concepto de cosmovisión andina para entender cómo era la vida y sobre todo las concepciones de nuestros pobladores antiguos. Nos aproximaremos a las distintas esferas que las integran, entre ellas: la cultura andina y su cosmovisión; ya que en ambas esferas o dimensiones resultan complementarias y se interrelacionan, al poseer elementos de suma importancia que reflejan el vivir de un pueblo y su pertenencia a un orden social, político, militar, religioso y cultural.
La importancia de reconocer la cosmovisión andina, los saberes ancestrales y la cultura milenaria de nuestros antepasados, es indudable si se quiere generar cambios en las estructuras sociales y educativas, en especial en la educación intercultural. Así mismo, es latente partir de una realidad de aculturación en la que vivimos, donde existe la hegemonía cultural occidental sobre la andina. Según Todorov (1990), una cultura no se puede desligar de otra, porque es a través del contacto o de esas relaciones que se crea conciencia de sus propias diferencias y que, al aceptarlas, logra crecer como sociedad. Arias (2009), por otra parte, reafirma que nuestra identidad cultural sufrió transformaciones y que seguirá en ese proceso de cambio, pero que nosotros podemos reconstruirla y reconocer nuestra ancestral concepción del mundo e integrarla a estos nuevos tiempos.
Al plantear una educación intercultural desde una cosmovisión andina, “necesitamos escuchar a la sabiduría de nuestras comunidades, a la de aquello que han sabido vivir sabrosamente por milenios y que han conservado la diversidad en todas sus formas regenerando cotidianamente el tejido vital de estas tierras” (Ishizawa, 2001, p. 5). A la vez, la educación tiene el reto de trabajar en una realidad multicultural; entonces, hablar de una cosmovisión andina integrada a la educación es tratar de preservar una identidad cultural.
La cosmovisión andina, respaldada en una filosofía intercultural andina que se opone al proceso acelerado de una globalización y hegemonización cultural (Estermann, 2006), serviría de soporte a una educación intercultural, respetando la multiculturalidad. La filosofía es el reflejo del hombre, es lo que define al hombre como ser pensante que vive en diferentes realidades y comparte diferentes experiencias. “La filosofía tiene que ver así con la verdad total de la existencia racionalmente clarificada, lo que apela a la totalidad del ser personal humano y a su plena lucidez, dos formas de referirse a lo más propio de cada hombre” (Salazar, 1978, p. 19). Por consiguiente, la filosofía: “sería todo el esfuerzo humano para entender el mundo, a través de las grandes preguntas que la humanidad ha formulado; y ello compete a todos los pueblos en todas las épocas” (Estermann, 2006, p. 22).
Los detractores de la filosofía andina, por su parte, señalan: “La concepción prehispánica andina del mundo fue mítica y mágica y no eminentemente racional, teorético, trascendental, problemático y crítico” (Mejía, 2005, p. 49). De esta manera, podríamos decir que es necesario que el concepto de filosofía andina tenga bases teóricas que lo sustenten. En ese sentido, nos toca reflexionar y teorizar, “Así, la actividad del filósofo se caracteriza por ser una manera inédita de ver la realidad, en otras palabras, ver de modo diferente lo que los demás ven de manera común y corriente” (Hernández, 2022). “Para poder aproximarse al fenómeno y tema de la ‘filosofía andina’, es preciso romper con el eurocentrismo y occidentalismo (u occidentocentrismo) implícitos en la misma definición y delimitación de lo que se considera ‘pensamiento filosófico’ o ‘filosofía’ a secas” (Estermann, 2006, p. 11); por ello, “la filosofía andina, no es algo que aparezca de la nada, es tan solo el desarrollo lógico, llevado cabalmente a sus consecuencias” (Hernández, 2022, p. 147).
De lo expuesto, podemos decir que el problema en nuestra sociedad latinoamericana es la escasa conciencia de nuestro pasado cultural. Por otro lado, como lo expresó Mariátegui (1973) “Un sociólogo ilustre dijo una vez que en estos pueblos sudamericanos falta «atmosfera de ideas»” (p. 144). Entonces, es momento de despertar a revalorar la cosmovisión andina, con ideas surgidas desde una filosofía intercultural andina, para emprender una educación intercultural peruana, para hacer un cambio de mentalidad, de sentir, de apreciar, de contemplar la belleza de lo que tenemos. Nuestra cosmovisión andina nos enseña a ver que somo parte de un todo, estar en relación de respeto con la naturaleza, a agradecer cada ser vivo, porque todo tiene vida.
DESARROLLO O CUERPO
Cosmovisión andina
La manera de interpretar el mundo en el que vivimos desde la visión andina nos permite un equilibrio simbiótico entre el ser humano y la naturaleza. “Denominamos mundo andino a la pacha, esto es, al espacio, tiempo y naturaleza, y los suyus, regiones, que se encuentran en lo alto, los valles y contrafuertes de Los Andes donde con anterioridad a los Siglos X a.C. se desarrollaron una serie de culturas, con unas características” (Mejía, 2005, p. 51). En tal sentido, la cosmovisión andina refleja el sentir propio de una comunidad del ande que visualiza un mundo físico y espiritual: “Concebimos que la visión del mundo es distinta porque los hombres reales de cada pueblo y cada nación son distintos, porque viven andinamente hablando en distintas pachas; esto es, en distintos espacios y épocas” (Mejía, 2005, p. 55).
Para Illcachi (2014), la cosmovisión andina es: “una perspectiva frente al orden cósmico de la vida y manera de ver el orden del universo por parte de una cultura, un pueblo o una nacionalidad” (p. 18). De lo dicho podríamos decir que la cosmovisión andina es una forma de ver e interpretar al mundo. Nuestra cosmovisión andina rica por el sentido naturalista y dialéctico (Achig, 2019), por percibir al hombre como una parte integrada del universo, por la naturaleza es parte del hombre y se relacionaban de manera amigable. Una visión que integra el todo y que guarda una dinámica y se complementan:
“Este sistema sigue el principio de la complementariedad, donde cada fenómeno tiene como contraparte un complemento como condición necesaria para ser “completo” y capaz de existir y actuar. La dinámica entre cielo y tierra, sol y luna, varón y mujer, claridad y oscuridad, día y noche, bondad y maldad” (Avelar, 2009, p. 91).
Es así que, el hombre andino posee características totalmente diferentes a la concepción eurocentrista respecto a su forma de concebir al mundo, de ver a la naturaleza y relacionarse con el otro. Los principios de equilibrio y armonía se producen al interior de las acciones del hombre en el hábitat natural y espiritual (Achig, 2019). Por lo tanto, es un pensamiento que guarda armonía con el entorno, de manera colectiva; un pensamiento de reciprocidad concordancia, complementariedad y reciprocidad con el otro.
Esta cosmovisión orienta las acciones e interacciones que se dan entre el sujeto y objeto, es decir, entre el ser humano y la naturaleza, en una relación de respeto del hombre ante la naturaleza por ser parte de él. “Se ha conceptualizado la ética andina como «ética de la reciprocidad» que, a su vez, es una concreción de lo que llamamos «cosmoética»” (Beauclair, 2013, p. 39). Muchos de sus principios se relacionan con el mundo natural, como el allin kawsay (vivir bien), el ayni (la ayuda mutua), etc.; “Es decir que los principios éticos que orientan sus sociedades se construyen no solo a partir de las interacciones entre humanos y con su entorno, sino también a partir de lo desconocido, de lo que escapa a estas interacciones primeras (Beauclair, 2013, p. 48).
De esta manera, los valores y formas de relación en el mundo andino son el resultado de su cosmovisión del mundo, en las que se trata de llevar una vida productiva para todos sin enfrentamientos, en reciprocidad y en conexión con la naturaleza. “El universo andino se concibe como una especie de tejido compuesto por una multitud de elementos todos relacionados entre ellos de manera directa o indirecta” (Beauclair, 2013, p. 45). En el mundo andino importa la reciprocidad, a diferencias de la “buen vida” occidental el Buen vivir o el Allin Kawsay implica alcanzar la satisfacción entre las familias (Rengifo, 2002). “La reciprocidad entendida en ese sentido, se vuelve realmente una actitud frente a la vida, un principio epistemológico con el cual se pueden orientar las practicas éticas ancladas en el cotidiano y elaborar un arte de vivir para el mantenimiento de un equilibrio global” (Beauclair, 2013, p. 53).
Por otra parte, “la filosofía andina misma es un fenómeno multicultural y refleja una serie de «puentes» interculturales” (Estermann, 2006, p. 12). Pero es preciso determinar a que se entiende por interculturalidad: “Perspectiva programática de promover el diálogo abierto y la dignificación cognitiva de todas las tradiciones culturales de la humanidad” (Betancourt, 2007, p. 23). Es decir, que la filosofía intercultural apela a una transformación no sólo en la forma en que es definida una filosofía andina, sino también al cambio en: “El dialogo entre las culturas, para que eso que llamamos «filosofías», pueda ser renombrado y redefinido mediante la cooperación de todas las tradiciones de pensamiento de la humanidad” (Fornet Betancourt, 2007, p. 25).
La cosmovisión andina con un sentido naturalista, dialéctico y carácter simbólico (Achig, 2019), constituirá un soporte de la interculturalidad. En el contexto actual, “nuestros problemas tienen una particularidad que sólo nosotros debemos resolver, pero no todo debe quedar allí, debemos crear paradigmas que sustenten la explicación racional y fundada de nuestra realidad” (Mejía, 2005, p. 52). Debemos crear nuevos conocimientos sustentados en nuestras propias concepciones andinas, como la relacionalidad (nada permaneces asislado), la correspondencia (dos opuestos se necesitan el uno al otro), la complementariedad (un todo integral), la reciprocidad (dar y recibir) y la ciclicidad (movimiento espiral permanente) (Achig, 2019). Por ello, “nuestra racionalidad, se sustenta en una concepción de la razón, que no es absolutamente teórica o teorética, como la occidental, el conocimiento racional andino es un concepto fruto de la experiencia, inferido por analogía y generalización” (Mejía, 2005, p. 52). Lo que necesitamos es crear conocimientos que partan de nuestra propia experiencia y darles el valor adecuado; sustentándolos en riqueza milenaria de nuestros abuelos, adecuándolos a nuestro vivir, ya sea en la costa, sierra o selva.
Lo que hace falta, es entender bajo qué paramentos se encontraban los saberes ancestrales y cómo se encuentran ahora en nuestra sociedad. Aquellos mitos y leyendas nos contaban realidades que explicaban el origen de nuestra naturaleza, de nuestro origen como seres que habitaban y se relacionaban con su espacio de manera armónica. Todos los mitos y leyendas “ponen de manifiesto el realismo mágico religioso que todavía subyace en el mundo andino” (Martín, 2009, p. 200). Los mitos nos acercan al pensamiento andino, “El mito es una de las más antiguas y grandes fuerzas de la civilización humana. Está conectada íntimamente con todas las demás actividades humanas. Es inseparable del lenguaje, de la poesía, del arte y del más remoto pensamiento histórico” (Cassirer, 2004 p. 30).
El poder que ejercen los mitos es interesante para entender a la humanidad. “Los mitos muestran la lógica y cosmovisión de una cultura, sus concepciones ideológicas fundamentales, el orden que la regula, los núcleos duros de su identidad, el sentido social de su autoconciencia, y su idea de ubicación en la historia” (Lozada, s/f, p. 92).
Una nueva mirada en la educación intercultural
La educación intercultural surge por la “eclosión de la diversidad étnico-cultrual que subyace, subalterna y underground, resistiendo a los embates del disciplinamiento societal de la cultura oficial, emplazada en cuanto institución legitima y legitimante” (Guzmán, 2018, p. 203). La cosmovisión andina, bajo este contexto, revaloraría los saberes ancestrales hacia una educación intercultural auténtica.
Las escuelas actuales, con el sistema educativo contemporáneo suelen definirse “monoculturales”, limitando el reconocimiento de la pluralidad y la multiculturalidad (Guzmán, 2018). A esta problemática de una educación intercultural se aúna la formación inicial docente, ya que el currículo en los institutos pedagógicos, escuelas superiores pedagógicas y universidades no atiende esta necesidad desde una epistemología del sur, “no existe una formación intercultural de profesional en educación, segundo por el sistema educativo es avasallador y alienante, tercero porque no hay quien o quienes inserten políticas interculturales en la educación regional” (Medina, 2015, p. 20).
Estos aspectos nos llevan a reflexionar cómo está nuestra educación actualmente y que se necesita lograr un cambio educacional y sobre todo cómo gestionar políticas para integrar una conciencia filosófica intercultural, porque la educación es un aspecto fundamental para la formación o “deformación” (mantener intereses de grupos de poder) de la sociedad. “La pedagogía puede servir para colonizar o descolonizar, para borrar la cosmovisión indígena o para revitalizarla” (Illacachi, 2014, p. 24). En otras palabras:
El sistema educativo es, sin duda, una de las instituciones sociales más importantes para construir la interculturalidad y poner en praxis el postulado del buen vivir, siendo una de las bases de la formación human e instrumento no solo de mantenimiento de una sociedad sino de su crecimiento, transformación y liberación, y reconocimiento de todas sus potencialidades civilizatorio humanas (Illicachi, 2014, p. 24).
Al no considerar la gran diversidad cultural que tiene nuestro el mundo se crearon sistemas educativos unificadores que no comprenden las diferentes culturas existentes; del mismo modo en el Perú. Un sistema educativo que desconoce su realidad es un sistema que ignora las necesidades de su país. Según Yépez (2015), al creer que solo las instituciones públicas o particulares son una forma de educación se ha homogenizado y legitimado el sistema educativo, haciendo que exista un desconocimiento de las tradiciones ancestrales, formas y sabidurías nacionales. A pesar de que ha habido cambios y hay cierto reconocimiento, el sistema educativo persiste en un desconocimiento de las costumbres tradicionales propio de las comunidades indígenas. La pregunta sería cómo lograr ese cambio para incluirlas en el proceso de formación escolar y construir comunidades educativas.
Por otro lado, para Walsh (2004), la interculturalidad ha llevado a muchas luchas, pero una importante es en el tema de la educación, porque la educación intercultural solo tendrá un impacto sustancial cuando esta sea asumida de manera crítica y se puedan tomar acciones para hacer un cambio epistemológico, político y pedagógico. En sus propias palabras:
Y es por eso mismo que la interculturalidad debe ser entendida como designio y propuesta de sociedad, como proyecto político, social, epistémico y ético dirigido a la transformación estructural y socio-histórica, asentado en la construcción entre todos de una sociedad radicalmente distinta (Walsh, 2004, p. 4).
Por lo tanto, Walsh (2004) hace mención a la necesidad de transformar un orden que ha estado establecido, decolonizando lo aprendido, para empezar a escribir desde una postura en la cual se incluya al “otro”. Es necesario empezar una educación intercultural desde las instituciones educativas incorporando la cosmovisión andina y los saberes ancestrales. Una educación sin conocimiento de la identidad cultural es una educación que desconoce sus raíces ancestrales y que no reflexiona de su pasado y presente. Es por eso importante que en la educación intercultural se priorice la cosmovisión andina y los conocimientos ancestrales, empleando la tecnología (TIC, TAC y TEP) para incorporar y revalorar nuestro pasado cultural. De acuerdo con Yépez (2015):
Esto implica que las asignaturas tengan una proporción equitativa tanto del conocimiento de los pueblos indígenas como de la cultura occidental en las mallas curriculares. Por ejemplo, las lenguas nativas, la historia de los pueblos indígenas, las redes de comunicación, las costumbres y tradiciones no solamente como cursos opcionales o talleres, sino como materias obligatorias porque son ejes trasversales y estratégicos para el desarrollo de un país plurinacional e intercultural. Otro reto que debe tomar las instituciones educativas es construir políticas desde la filosofía comunitaria, incluyente y participativa que en las comunidades indígenas se vienen practicando cotidianamente (p. 247).
Entonces, es necesario invitar e incorporar a profesionales (filósofos, sociólogos, antropólogos, abogados, etc.) que se interesen en rescatar los saberes ancestrales e integrarlos para dar soporte, desde una cosmovisión andina, al sistema educativo. De esta manera, la solución sería crear desde nuestras propias bases nacionales, autóctonas, buenos cimientos que sustenten nuestro pensamiento intercultural, ir a la raíz del pensamiento andino y sustentar las bases teóricas de una educación para todos. “Es decir, crear un grupo de historiadores, sociólogos, juristas, politólogos, antropólogos, filósofos, pedagogos para continuar con la investigación y análisis del tema a nivel nacional, regional y mundial” (Yépez, 2015, p. 248).
De tal forma, se podrían generar espacios que sean una fuente de reconocimiento y de integración para las distintas comunidades, en los cuales se puedan fortalecer los principios andinos de nuestra cultura andina; en definitiva, “es preciso reconocer la necesidad de buscar en el modo de vivir de nuestros pueblos, como organismos sociales, como conjuntos histórico-culturales, los factores y causas capaces de dar cuenta del problema que nos ocupa” (Salazar, 1978, p. 23). Por consiguiente, debemos ir construyendo políticas educativas a partir de la cosmovisión andina y la filosofía intercultural, porque la política debe ir de manera conjunta con la educación para que pueda existir una verdadera transformación que humanice realmente al hombre (Pizarro, 2018).
CONCLUSIONES
Este ensayo es, por tanto, una reflexión acerca de si la cosmovisión andina, a partir de una filosofía intercultural, permite a sentar las bases de una educación intercultural peruana. Por tal motivo, es momento de revalorar los conocimientos ancestrales, la filosofía, los valores, los mitos y ritos, las costumbres de nuestros antepasados, para partir de ellos en la construcción de una verdadera educación intercultural.
Existen diversas culturas en nuestro país, las cuales se manifiestan a través de sus ritos, mitos y costumbres. La cosmovisión andina es latente en los pueblos andinos, siendo una cultura viva que perduró a la imposición de otra cultura foránea, generando un sincretismo cultural, con la aspiración de una educación intercultural basada en la cosmovisión andina, que consiga generar en los educandos y profesores el interés por nuestra cultura ancestral.
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Conflictos de interés
Los autores declaran no tener conflictos de interés.
Correspondencia
Oscar Gutiérrez Huamaní
Dirección: Ayacucho/Huamanga, Perú.
Teléfono: 966 630 920
Email: oscar.gutierrez@unsch.edu.pe