El rito de iniciación de las novatadas universitarias en la ciudad de Soria, España

The initiation rite of university hazing in the city of Soria, Spain



Carolina Hamodi-Galán 1,a, Juliana Aparecida de Oliveira-Camilo 2,b, Natalia Sarria-Gil 1,c

CHG   https://orcid.org/0000-0002-0965-8410
JAOC https://orcid.org/0000-0003-3369-2878
NSG   https://orcid.org/0000-0001-9850-6744

1 Universidad de Valladolid, Soria, España.

2 Universidade Federal da Bahia, Salvador da Bahia, Brasil.

a Doctora en Antropología Social.

b Doctora en Psicología Social.

c Graduada en Educación Infantil.


Citar como:
Hamodi Galán, C., De Olivera Camilo, J., y Sarria Gil, N. (2023). El rito de iniciación de las novatadas universitarias en la ciudad de Soria, España. Desafíos, 14(2). https://doi.org/10.37711/desafos.2023.14.2.400

Recibido: 15-05-2023

Aceptado: 12-07-2023 

Publicado en línea: 02-08-2023


 

RESUMEN

Objetivo. El objetivo del presente estudio fue profundizar en el conocimiento del fenómeno de las novatadas en el contexto universitario soriano, analizándolo con perspectiva de género. Métodos. Se aplicó una encuesta al estudiantado de la Universidad de Valladolid (Campus de Soria), con una muestra estadísticamente significativa. Para el análisis se utilizó la estadística descriptiva con porcentajes generales y desagregados por género (utilizando como indicador la brecha de género). Resultados. Los resultados parecen mostrar que, en el contexto soriano, las novatadas no son, de forma general, un fenómeno de vulneración de derechos para el estudiantado. Están valoradas positivamente sobre todo porque permite conocer compañeros/as y la mayoría apoya su persistencia. No obstante, el presente estudio no puede obviar que, aunque se trata de una proporción de estudiantes muy pequeña, hay quienes se han sentido incómodos/as, obligados/as, etc., durante el desarrollo de las novatadas. Asimismo, se encuentran diferencias en función del género que visibilizan el sexismo existente en la sociedad. Conclusiones. Es fundamental ahondar en los discursos de quienes se han sentido violentados/as mediante técnicas cualitativas de investigación. Se recomienda plantear alternativas seguras, como jornadas de bienvenida o actividades de integración.

Palabras clave: novatadas; ritual de iniciación; universidad; novatos/as; veteranos/as, género.

ABSTRACT

Objective. The aim of this study was to deepen our knowledge of the phenomenon of hazing in the university context in Soria, analyzing it from a gender perspective. Methods. A survey was applied to the students of the University of Valladolid (Soria Campus), with a statistically significant sample. Descriptive statistics were used for the analysis with general percentages and disaggregated by gender (using the gender gap as an indicator). Results. The results seem to show that, in the context of Soria, hazing is not, in general, a phenomenon of violation of rights for students. They are valued positively above all because they allow students to get to know their classmates and the majority support their persistence. However, this study cannot ignore the fact that, although it is a very small proportion of students, there are those who have felt uncomfortable, forced, etc., during the hazing process. Likewise, there are differences according to gender that make visible the sexism that exists in society. Conclusions. It is essential to delve into the discourses of those who have felt violated by means of qualitative research techniques. It is recommended to propose safe alternatives, such as welcome days or integration activities.

Keywords: hazing; initiation ritual; university; novices/as; veterans/as, gender.


INTRODUCCIÓN

Las novatadas son un fenómeno cuya función es la de realizar una ceremonia como un rito de iniciación a la fase universitaria y está presente en una gran diversidad de instituciones, desde colegios e internados a organizaciones privadas.

Se entiende por novatada, según Aizpún y García-Mina (2013):

Cualquier acción realizada por un individuo recién llegado a un grupo (novato/a) e inducida por los veteranos/as de ese grupo, que no se llevaría a cabo en circunstancias normales y que el principiante no efectuaría por iniciativa propia. Por tanto, se trata de un fenómeno de carácter grupal que cumple la función de un rito de iniciación a una agrupación y se caracteriza por una dinámica de “poder-sumisión”. Constituyen una forma de violencia interpersonal que puede presentarse en forma de violencia física, psicológica o sexual. (p. 22)

En esta definición son importantes tres aspectos: A) que es un fenómeno grupal; B) que es rito de iniciación; C) que se dan asimetrías de poder.

A) Las novatadas como fenómeno grupal, están influenciadas por los valores y la ética del alumnado, lo que determina su participación en este proceso (Aizpún y García-Mina, 2013). Pueden ser analizadas desde diversas perspectivas teóricas (Cimino, 2011). Por un lado, se consideran una manifestación de solidaridad grupal basada en la disonancia cognitiva. Según esta teoría, los novatos aceptan y justifican los sufrimientos argumentando que valen la pena por el bienestar del grupo, a pesar de contradecir sus valores personales (Festinger, 1962). Algunos beneficios asociados a esta solidaridad incluyen la cohesión grupal, el mantenimiento de tradiciones institucionales, el establecimiento de lazos entre los estudiantes y la promoción de un sentimiento de orgullo colectivo (Aizpún y García-Mina, 2013). Por otro lado, se vinculan con el desarrollo de compromisos hacia las instituciones y sus miembros. Esto se basa en la idea de que los aspirantes deben demostrar su compromiso con el grupo, ya que la integración de nuevos miembros puede implicar costos para la organización interna (Cimino, 2011).

B) Las novatadas como ritos de iniciación: se caracterizan por requerir una herencia transmitida por generaciones anteriores, principios éticos y estéticos, y un conocimiento del pasado que supera al del futuro (Goffman,

2017). A diferencia de los ritos de origen religioso, estos ritos se presentan como obligatorios para las víctimas debido al peso del “habitus” que los rodea, según la definición de Bourdieu (1984). Además, se conciben como prácticas de interés público, ya que permiten cambios en el estatus personal hacia posiciones superiores o mejores en la estructura social individual (Monterroso, 2015).

Goffman (2017) sostiene que las novatadas también desempeñan la función de preparar al individuo para enfrentar nuevas situaciones, controlando los miedos, las ansiedades y las inseguridades propias de los momentos de cambio. Para comprender su naturaleza psicosocial, Monterroso (2015) explica las tres fases de los ritos de iniciación. La primera es la emergencia de un rito de separación, donde el individuo debe abandonar su condición anterior y adoptar nuevas características valoradas por el grupo. En la segunda se llevan a cabo los ritos de margen, que implican someter al novato/a a burlas y humillaciones para facilitar la transición hacia una normalidad aceptable dentro del grupo. Por último, se encuentran los ritos de agregación, donde se espera que el individuo haya desarrollado las características deseadas por el grupo, fomentando la identidad colectiva y el sentimiento de solidaridad.

Varios autores coinciden en que estos rituales de iniciación han tenido una función social a lo largo de la historia (Eliade, 2001). Sin embargo, Aizpún y García-Mina (2013) señalan que la situación se vuelve problemática cuando estos rituales pierden su orientación cultural y se convierten en meras expresiones de "humillación, degradación o incluso peligro físico o psicológico para los nuevos miembros" (p. 40).

C) Las novatadas como expresión de asimetrías de poder: Nuwer (2000) sostiene que se imponen como actos de dominación e involucran diversas prácticas de servidumbre y subordinación hacia los nuevos miembros del grupo, en beneficio de los antiguos. Bourdieu (1984) describe este fenómeno como un campo de lucha por el poder que permite una relación no unidireccional. Collins (2005) diferencia los rituales naturales (resultan en cohesión grupal) y rituales forzados (son expresiones de asimetrías en el poder) y las novatadas en su mayoría se clasifican como rituales forzados. Según Monterroso (2015), los novatos aceptan estas experiencias en la creencia de obtener una supuesta superioridad al final del proceso.

Es importante distinguir las novatadas del bullying universitario, ya que, como señalan Hamodi y De Benito (2021), "novatadas y bullying son cosas diferentes" (p. 205); las primeras cuentan con una participación amplia de los estudiantes como colectividad, tienen una delimitación temporal y una supuesta justificación para la integración de la comunidad estudiantil.

Las novatadas son practicadas en muchos países y se conocen con distintos nombres, como trote universitário en Brasil, praxe en Portugal, bizutage en Francia, “novatada” en España y hazing en Estados Unidos (Kuester et al., 2019).

Aunque son un ritual cuyos orígenes se remontan a la creación de las universidades en la época medieval (de Melo Costa, 2013), han sido poco estudiadas en la literatura sociológica (Alexander y Opsal, 2021). La gran mayoría se centran en países como Estados Unidos (Alexander, 2020; Allan et al., 2019; Allan y Madden, 2012; Campo et al., 2015; Cimino, 2013; Drout y Corsoro, 2003; Montague et al., 2008), Brasil (Albanaes et al., 2014; de Melo Costa et al., 2013; Kuester et al., 2019; Maito et al., 2022) o Portugal (Alexandre y Aguiar-Conraria, 2021; Días y , 2014; Estanque, 2017; Fávero et al., 2018; Mouraz y Sousa, 2016; Oliveira et al., 2016); aunque también, de forma minoritaria, hay investigaciones en otros contextos como Sri Lanka (Premadasa et al., 2011; Wickramasinghe et al., 2022), Nigeria (Ezeonu, 2014) o India (Kumar y Gupta, 2012). En el contexto español, si bien hay trabajos que abordan este fenómeno desde una perspectiva descriptiva (Aizpún, 2021; Aizpún y García-Mina, 2013; Fernández, 2021; González-Dopeso, 2021), son prácticamente inexistentes las investigaciones empíricas.

Aunque no se disponga de un análisis científico exhaustivo, en España se ha observado en los últimos años un creciente esfuerzo por parte de la sociedad para impulsar una respuesta conjunta frente a los casos de abusos, dado el evidente aumento de las denuncias por parte de los novatos/as sobre los excesos sufridos. Las instituciones han trabajado en su erradicación y, desde 2022, están prohibidas por ley en las universidades, mediante la Ley 3/2022, de 24 de febrero, de convivencia universitaria. Esta ley considera como falta muy grave "realizar novatadas u otras conductas vejatorias, físicas o psicológicas, que menoscaben gravemente la dignidad de las personas" (Art.11). A pesar de estas medidas, en ocasiones se siguen llevando a cabo fuera del ámbito educativo.

Ante esta realidad que se evidencia en muchas ciudades de España, la presente investigación ha pretendido profundizar en el conocimiento del fenómeno de las novatadas en el contexto de la Universidad de Valladolid (campus universitario de Soria) considerando la perspectiva de género de forma transversal en el análisis.

MÉTODOS

Contexto

La investigación se desarrolló en la Universidad de Valladolid (campus universitario de Soria), España. Es un campus pequeño, lo que da lugar a dinámicas sociales particulares. Las novatadas en este campus han consistido fundamentalmente en que el alumnado veterano organiza juegos, pruebas y retos (por ejemplo, pasear por la ciudad disfrazados, hacer una fila de 20 metros de monedas en el suelo, para lo cual tienen que pedir monedas a los viandantes, etc.) para el alumnado novato. La ingesta de alcohol durante las novatadas se da de forma mayoritaria.

Población y muestra

La población/universo de estudiantes matriculados en el campus fue de 1522. Formaron parte de la muestra 318 estudiantes, seleccionados mediante muestreo aleatorio simple, con una precisión deseada de ± 4,9 % y un intervalo de confianza (IC) del 95 %, de los cuales fueron 226 chicas y 92 chicos (0 personas se identificaron con otro género, opción que presentaba en cuestionario para no obligar a responder de forma binaria).

Instrumento y procedimiento de recolección de datos

Para la recogida de información se utilizó un cuestionario online diseñado para el mismo contexto (Ros, 2019) y distribuido de forma telemática. El cuestionario se estructuró en: a) introducción (donde se explicó el objetivo de la investigación, se garantizó el anonimato y la confidencialidad); b) matriz sociométrica (se recogieron las variables sociodemográficas de edad, sexo y grado que se cursa); c) preguntas referentes al abordaje del objeto de estudio (compuesta por 9 preguntas con subpreguntas de diferente tipología en función de las posibilidades de respuesta: dicotómicas y abiertas).

Análisis de datos

Cada pregunta del cuestionario fue analizada tanto en términos porcentuales generales como en términos de brecha de género (que representa la disparidad entre hombres y mujeres). Para calcular la brecha de género se desglosaron los datos porcentuales y se restó la tasa de hombres a la de mujeres. Se considera que hay brecha de género (BG) cuando supera el 10 %. En los casos en los que la brecha fue menor, se interpretaron los resultados sin desagregar por género, indicando que las diferencias entre hombres y mujeres no son relevantes. Esto sucede en las siguientes preguntas: ¿conocías las novatadas antes de entrar en la universidad? (BG = 0,56 %); ¿asististe a tus novatadas? (BG = 4,14 %); ¿fueron voluntarias o fuiste obligado/a? (BG = 0,22 %); ¿has hecho novatadas a alumnos de 1º? (BG = 4,74 %); ¿conoces a alguien que se haya resistido a realizar las novatadas? (BG = 2,21 %); ¿crees que debería haber algún tipo de jornada que sustituya las novatadas? (BG = 3,36 %).

Aspectos éticos

La investigación cumplió con las exigencias del Código de Buenas Prácticas en Investigación (CBPI) de la Universidad de Valladolid (UVa, 2023): honestidad, responsabilidad, rigor e inexistencia de conflictos de interés. Además, de forma más específica, se consideraron los procedimientos formales de autorización para acceder al estudiantado y estos dieron su consentimiento informado. Previo al cumplimiento del cuestionario se informó del objetivo de la investigación y se garantizó el anonimato y confidencialidad de los datos.

RESULTADOS

Conocimientos y emociones previas al ritual

Esta sección, redactada en tiempo pasado, incluye tablas y figuras (máximo 6 tablas o figuras en total), con referencias a cada una de ellas en el texto, que ilustran los datos más relevantes del estudio para complementar los resultados obtenidos sin caer, eso sí, en la redundancia. Algunas consideraciones sobre tablas y figuras.

Voluntariedad en la participación del ritual

Se observa que la mayoría de los entrevistados/as (82,4 %) asistió a las novatadas en su primer año de universidad. A un 7,55 % le hubiese gustado asistir al ritual, pero no pudo hacerlo. Solamente un 10,06 % no asistió porque no quiso. 

Sobre si esta asistencia fue forzada, el 98,88 % manifiesta que participó de forma voluntaria. Aunque es muy pequeño el porcentaje, un 1,12 % de estudiantes participó de manera obligada.

Cuando se pregunta sobre si conocen a personas que fuesen forzadas a participar, los resultados muestran que un 51,57 % no conoce a nadie, mientras que un 48,43 % manifiesta que sí conoce algún caso.

Cuando se les pregunta sobre si conocen a alguien que se resistió a realizarlas, las respuestas mayoritarias son: “No conozco a nadie, todo fue voluntario”, “cada uno es libre de su elección”, “sin preocupación, sin coacción, se apoyó”. Pero aparecen un 7,55 % que consideraron que sí conocen a alguien que se resistió. En este caso, se preguntó cómo se había gestionado la situación, y el 79 % manifestó que con naturalidad, sin problemas. Pero un 21 % (dentro de ese 7,55 %) manifestó que hubo “momentos embarazosos”, “discriminación”, “superioridad” o “ataques de ansiedad”.

Vivencias durante el ritual

La mayoría de estudiantes (89,23 %) afirman no haber tenido una mala experiencia frente al 10,77 % que señalan alguna de estas situaciones (que aparecían ya definidas en el cuestionario): "Lo pasé mal en determinados momentos", "me hicieron tomar cosas que no quería", "me presionaron a hacer cosas que no quería", " me sentí maltratado/a".


De toda la muestra de estudiantes, hay una persona que señala la opción de "Me sentí acosado/a sexualmente".

A pesar de que la mayoría de estudiantes consideran que no hubo diferencias de trato en función del género, en esta pregunta se encuentra una brecha de género de 12,06 %. Como se puede observar en la figura 2, quienes consideran que sí hay trato diferente se encuentra en un 18,58 % de chicas vs. un 6,52 % de chicos que creen que sí existe diferencia dependiendo si eres hombre o mujer.


Además, cuando se les pregunta sobre quiénes son peor tratados, aunque la mayoría responde que no hay diferencia (85,53 %), existe un 1,89 % que dicen que peor los chicos, mientras argumentan: "a los chicos se les maltrata más físicamente", "con las chicas son más blandos", "con los chicos se ceban más", "hay violencia física hacia los chicos", "más estrictas para chicos", "con los chicos son más burros". Un 12,58 % considera que peor las chicas, añadiendo explicaciones como: "a las chicas se les ofende más", "machismo", "sexismo", "aprovechamiento hacia las chicas".

Adaptación a la institución y relaciones interpersonales

Sobre la adaptación de las primeras semanas después de novatadas, la gran mayoría de los estudiantes del campus universitario de Soria manifestaron una correcta adaptación después de dicho fenómeno. La media en la escala de valoración es de 4,30 (sobre 5).

Cuando se les pregunta sobre si el ritual de las novatadas fue favorable para fomentar la relación con los compañeros/as de la clase, de forma general las respuestas son positivas (80,53 % de chicas y 77,06 % de chicos). Un 2,65 % de chicas y un 15,60 % de chicos opinan que influyen de una manera negativa, tal y como se observa en la figura 3.


Con respecto a la relación que guarda el estudiantado novato con el veterano, los datos muestran que esta es o positiva o inexistente. Llama la atención que en el campus universitario de Soria ningún/a estudiante manifiesta mantener una relación negativa con alguno/a de sus veteranos/ as. No obstante, se encuentra una diferencia (BG 25,88 %) que indica que los chicos mantienen mejores relaciones interpersonales con los/as veteranos/as que las chicas (60,96 % de chicas vs. 86,84 % de chicos) (ver Figura 4).


Organización del ritual y su pervivencia

Un 80,82 % de los encuestados/as afirman que han participado en la organización de las novatadas como veteranos/as o que les gustaría hacerlo; un 12,58 % del total dentro del campus universitario de Soria afirman que ni han sido veteranos ni les gustaría serlo en un futuro; y un 6,60 % no pudieron realizar las novatadas, pero sí les hubiese gustado. Se puede decir que alrededor de un 88 % de los/as jóvenes han participado en la organización y han realizado novatadas o les gustaría.

De forma general, un 90,29 % de estudiantes consideran que hubo una buena organización por parte de sus veteranos/as, mientras que un 9,71 % dice lo contrario, y expresan ideas sobre quienes las organizaron como: "malas personas", "superiores", "lamentable".

Cuando al estudiantado se le plantea si continuar o no con este ritual las respuestas (múltiples, por ello suman más del 100 %) muestran lo siguiente: a) El 83,76 % desean que se sigan realizando, al manifestar cosas como “las novatadas son necesarias”, “te sirven para socializarte”, “fomentan el compañerismo”, “son divertidas”, “es una buena forma de comenzar una nueva etapa”; mientras algunos/as añaden cosas como “sí, sin humillar a nadie y respetando a todo el mundo”, “sí, siempre que se respete a todos y se organice bien”, “si, sin abusar de nadie”, “sin malos tratos”. b) A un 2,23 % de los encuestados les gustaría que las novatadas perduren únicamente si existe una buena organización. c) A un 32,38 % les gustaría que se siguieran realizando además de hacer otro tipo de actividades como “jornadas como complementación a las novatadas”, “solo complementación, sin sustituirlas”. c) Un 14,01 % que desean poner fin a este ritual porque señalan cosas como que “son indiferentes”, “hay faltas de respeto, humillaciones, daños psicológicos, actividades lamentables”, “sirven para ridiculizar”, “son signo de superioridad”.

Las novatadas han sido poco estudiadas en el contexto español, lo que genera una falta de evidencia para discutir los resultados y determinar posibles particularidades en el campus universitario de Soria en comparación con campus más grandes. Debido al tamaño reducido del campus y de la ciudad, se presentan relaciones interpersonales configuradas de manera diferente a otros contextos. Sin embargo, se puede analizar los datos a la luz de investigaciones en otros países, donde se observa que muchas dinámicas son similares.

Kuester et al. (2019) señalan que las novatadas presentan diferentes facetas y pueden agruparse en dos perspectivas opuestas: una cooperativa e integradora, en la que se intercambian valores con aportes positivos; y una violenta, que distorsiona y oprime, donde se producen desvalorizaciones que socavan el proceso. En el presente estudio se pueden identificar ambas perspectivas, siendo la cooperativa la más representativa. Sin embargo, también es importante visibilizar la perspectiva violenta, ya que no se debe restar importancia a hechos vejatorios e intimidatorios.

En primer lugar, las novatadas son un ritual de bienvenida ampliamente conocido por la mayoría de los estudiantes que ingresan en el campus, representándose como un ritual de iniciación y siendo un evento muy esperado (Kuester et al., 2019). Las motivaciones principales para organizarlas son la diversión y la interacción entre estudiantes (De Melo Costa et al., 2013). Estas novatadas son toleradas socialmente como rito de paso y se consideran una tradición. Sin embargo, aunque la percepción de las novatadas como problema es escasa, es importante considerar que las chicas manifiestan mayores niveles de preocupación debido a la exposición a situaciones sexistas en eventos sociales y a la internalización de narrativas sobre vejaciones hacia las mujeres (De Melo Costa et al., 2013; Kuester et al., 2019). Esto refleja su percepción de un trato diferenciado en comparación con los chicos, lo cual se analizará más adelante.

En segundo lugar, el estudiantado participa mayoritariamente de forma voluntaria en las novatadas, a diferencia de otros contextos (Campo et al., 2015). Sin embargo, se debe prestar atención a aquellos que se sienten coaccionados para participar, pues su experiencia puede ser violenta según la terminología de Kuester et al. (2019). Estas situaciones de coacción e invisibilización del sentir de los estudiantes se han documentado en investigaciones previas (Aizpún, 2021; Maito et al., 2022). La presión social y la búsqueda de aceptación del grupo pueden llevar a la exclusión de quienes no participan, lo que afecta la integración y el sentimiento de pertenencia (Maito et al., 2022). Además, esto debe ser considerado por quienes, a pesar de la prohibición institucional, deciden organizar este tipo de eventos, presionando a compañeros/as para participar, pues la libertad y respeto del otro/a es un derecho fundamental y violarlo supone un delito.

En tercer lugar, las vivencias en las novatadas se manifiestan desde un sentir positivo, o “perspectiva cooperativa e integradora” (Kuester et al., 2019). Esto coincide con otros resultados como los de Allan y Madden (2012), donde el 91 % de personas que habían vivenciado novatadas no se autopercibía como víctima. O con los resultados de Kuester et al. (2019) donde “las novatadas son representadas por la mayoría de los entrevistados como una forma de bienvenida en la que las actividades se describen como bromas, diversión, juegos recreativos, pintura, trucos y suciedad en los cuerpos, asociados con la felicidad” (p. 5).

De Melo Costa et al. (2013) también mostraron que no se había puesto a los recién llegados en situaciones de vergüenza. Pero las situaciones expresadas por el pequeño porcentaje que indica que tuvieron una mala experiencia en el contexto soriano coinciden con otros testimonios en otros contextos universitarios (Allan, et al., 2019; Gonzalez-Dopeso; 2021; Maito et al., 2022), donde se manifiestan situaciones de obligatoriedad a la ingesta de alcohol, la humillación, el aislamiento, la privación del sueño, etc. Por ejemplo, una de las estudiantes participantes en la investigación de Maito et al. (2022) manifestaba que “no había otra opción para que la persona no bebiera, era como si tuviera que aceptarlo. Todos tenían que beber, había una presión psicológica para que todos bebieran: considero abusiva esta situación. ¿Todos están bebiendo y solo tú te quedarás fuera? (p. 5)”.

Como señala Monterroso (2015), dentro de los ritos existen los rituales, que son repeticiones bajo ciertas reglas de determinados procedimientos y mensajes que permiten que los ritos se consoliden como tradiciones: los ritos de iniciación buscan transmitir el poder simbólico del grupo, pero sin los rituales se pierde su esencia. Y en este sentido, pareciese que, dentro de las novatadas entendidas como ritual, la ingesta de alcohol fuera un ritual.

Respecto a las situaciones de acoso sexual no son representativas (una sola persona lo manifiesta) y, a pesar de que sería absolutamente necesario, es difícil investigar más sobre este hecho dada la limitación del diseño metodológico de este trabajo (encuestas anónimas). En el caso de España, las investigaciones centradas en evaluar el acoso sexual en el contexto universitario son muy escasas (Rodríguez et al., 2019) y suelen realizarse desde una perspectiva cuantitativa (Alonso-Ruido et al., 2021). Uno de los trabajos pioneros al respecto fue el de Valls et al. (2008) donde revelaba prevalencias situadas entre el 6 % y el 15 % en cuanto a las presiones para mantener relaciones sexuales, los besos o caricias sin consentimiento o los comentarios que generaban miedo o incomodidad en las víctimas. Más recientemente, diversos estudios evidencian el incremento de esta prevalencia de acoso sexual que sufren las estudiantes universitarias españolas situada entre el 8 % y el 23 % (Igareda y Bodelón, 2014; Unidad de Igualdad de Género de la UCM, 2018). En cuanto a los estudios cualitativos relacionados con el acoso sexual en el contexto universitario estos son aún más escasos (Alonso-Ruido et al., 2021).

Una de las discrepancias más relevantes en las percepciones se encuentra entre quienes consideran que sí hay trato diferente en función del género, pues la mayoría son mujeres. Esto podría mostrar que los chicos no son tan conscientes del trato sexista que reciben ellas; lo cual coincide con las percepciones del profesorado recogidas por de Melo Costa et al. (2013), donde se encontró que las respuestas que asocian las novatadas con experiencias de violencia fueron más altas entre las mujeres. También Kuester et al. (2019) recogen que las novatadas presentaron situaciones indeseables como el machismo.

Además, en contextos con una amplia población racializada como en Brasil los resultados mostraron cómo muchas narrativas de los participantes contenían situaciones que podían ser caracterizadas como violencia psicológica y se identifican marcadores sociales de género y también de raza (presentes al mismo tiempo y remitiendo al concepto de interseccionalidad) (Maito et al., 2011). Esto no es sorprendente considerando que se han llegado a conclusiones similares en otros estudios en los que se llevó a cabo una comparación entre chicas y chicos (Caldeira et al., 2016; de Melo Costa et al., 2013; Kumar y Gupta, 2012). La violencia a través de la intersección de estos marcadores sociales (como el género) es estructural y se reproduce en las relaciones sociales (Maito et al., 2011).

En cuarto lugar, se evidencia que, de forma mayoritaria, el ritual de las novatadas en Soria ha ayudado a los estudiantes de primeros cursos a conocer a compañeros de cursos superiores y adaptarse al ámbito universitario, fomentando la socialización positiva dentro de la institución y favoreciendo las relaciones entre novatos y veteranos, incluso más que las relaciones entre pares del mismo curso (Kuester et al., 2019).

Esta realidad coincide con estudios previos donde se define las novatadas como una oportunidad para socializar, hacer amigos e integrarse, representando una convivencia armónica basada en el afecto para aquellos que consideran su participación como voluntaria (Kuester et al., 2019). De Melo Costa et al. (2013) también encontraron que las motivaciones principales para organizar las novatadas son la diversión y la interacción entre estudiantes. Mouraz y Sousa (2016) mostraron que los estudiantes involucrados las consideraban como un dispositivo significativo para la integración académica y las expectativas relacionadas con el trabajo académico.

Las novatadas tienen como objetivo crear un sentido de pertenencia a través de la experiencia colectiva (Dias y , 2014; Oliveira et al., 2016). Desde la infancia, los individuos forman parte de una familia o grupo, viven en sociedad y temen ser excluidos. La participación en las novatadas está arraigada en el sentido de ser parte, tener un rol social y un espacio dentro de la universidad. "Ser parte" implica la aceptación y ser aceptado por un grupo, ya que los individuos desean participar en la sociedad (Berger, 2011). Esta necesidad de ser aceptado y sentirse integrado es universal para todos los seres humanos y constituye la principal motivación de los jóvenes para participar en este fenómeno, según Aizpún (2021).

En quinto lugar, se destaca que la mayoría cree que la organización del ritual es buena y considera que debería persistir. Pero nuevamente, aunque se trate de una minoría, debe prestarse atención a los discursos que señalan lo contrario y manifiestan el deseo de poner fin a este tipo de prácticas, coincidiendo con lo señalado en González-Dopeso (2021), donde se manifiesta que las novatadas son una realidad injusta ya que se establece una relación de poder-sumisión y que suponen un abuso.

Teniendo estos cinco puntos anteriores en consideración, podría decirse que, de forma genérica, el estudiantado del campus universitario de Soria se muestra favorable a la organización y vivenciación de las novatadas, y se perciben desde una perspectiva cooperativa, a pesar de que las instituciones han declarado su prohibición. Los resultados de ese trabajo difieren de lo mostrado en otras investigaciones, donde se evidencia que una proporción significativa de los estudiantes fueron sometidos a varias formas de violencia (Allan y Madden, 2012; Fávero et al., 2018; Premadasa et al., 2011; Wickramasinghe et al., 2022). Y no se puede verificar que no se esté dando lo que señalan Alexander y Opsal (2021): "técnicas de neutralización" para excusar o justificar las novatadas, dado que es un fenómeno normalizado y generalizado.

Tampoco pude obviarse que, aunque se trate de una minoría, existen personas que las han vivenciado desde el paradigma del conflicto. Y a pesar de que, por un lado, está el intercambio de valores con aportes positivos, por otro lado también están las experiencias de desvalorización que socavan el proceso. Y es en este punto en el que emerge la principal limitación de este estudio, pues las técnicas cuantitativas no han permitido profundizar en esos discursos y vivencias determinadas (por ejemplo, la señalada al respecto del acoso sexual), por el diseño de estas y por el anonimato de las respuestas. Es fundamental ahondar en estas situaciones porque, a pesar de ser ínfimas en términos numéricos, son verdaderamente preocupantes y graves.

Sería recomendable establecer una línea futura de trabajo que abordase el objeto de estudio con técnicas de investigación cualitativa. Esto permitiría, por un lado, actuar con mayor precisión para prevenir las situaciones de conflicto/violencia, etc.; mientras que, por otro lado, permitiría profundizar para poder trabajar desde la parte positiva del fenómeno, que guarda relación con el hecho de entablar relaciones interpersonales de forma sana. Por ello, sería interesante, como proponen Mouraz y Sousa (2016), “considerar la necesidad de incluir actividades de integración social y académica en los programas curriculares” (p. 238), o plantear alternativas seguras como, por ejemplo, la realización de jornadas de bienvenida.

REFERENCIAS

Aizpún A., y García-Mina A. (2013). Novatadas. Comprender para actuar. Universidad Pontificia Comillas/Consejo de Colegios Mayores Universitarios de España.

Aizpún, A. (2021). Novatadas: una perspectiva psicológica. En I. Fernández de Mata (Ed.). Las novatadas. El maltrato como diversión (pp. 55-61). McGraw-Hill.

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Contribución de los autores

CHG: introducción, análisis de resultados, discusión y revisión final del artículo.

JAOC: búsqueda bibliográfica, introducción y revisión final del artículo.

NSG: metodología.

Fuentes de financiamiento

La investigación fue realizada con recursos propios.

Conflictos de interés

Las autoras declaran no tener conflictos de interés.

Correspondencia

Carolina Hamodi Galán